Curiosidades en Navidad
La Navidad es una fiesta irremediablemente cristiana. De entre todas esas imágenes y personas propias de la Navidad hay un pequeño grupo que destaca por el misticismo que encarnan: los Reyes Magos de Oriente. ¿Quiénes eran estos personajes y qué sabemos realmente de ellos?
Estos personajes solo son mencionados en el evangelio canónico de San Mateo y muy brevemente, mencionando su llegada al pesebre siguiendo la estrella de Belén, el momento de la Adoración con los regalos y cómo Herodes quiso utilizarlos para encontrar al recién nacido Jesús. También vale la pena destacar que aunque el texto sí se refiere a ellos como “magos” en ningún momento se dice que sean reyes ni se especifica cuántos eran. Su condición real se estableció en el siglo III d.C. y el número varía según la zona: en el este europeo creen que son doce y en el oeste afirman que son tres, basándose probablemente en que solo existían tres regalos. Esta afirmación fue hecha por el teólogo Orígenes en el siglo IV y establecida como canon por el papa León I un siglo después. En 1896, el teólogo presbiterano Henry van Dyke escribió un cuento navideño titulado ‘El otro Rey Mago’ en el que contaba la historia de Artabán y cómo llegó tarde por ayudar a un enfermo.
Una teoría muy extendida es que los tres sabios eran hombres de ciencia que estudiaban las estrellas, astrónomos que vieron en la estrella de Belén un fenómeno extraño que presagiaba la llegada de un nuevo rey y decidieron seguirla. Si nos adherimos a la versión de la historia en la que son tres, encontramos sus nombres en una crónica del siglo VIII d.C. llamada Excerpta latina barbari donde se les bautiza como Melichior, Gathaspa y Bithisarea (de donde derivarían los actuales Melchor, Gaspar y Baltasar). Mientras que se suele pensar que cada rey representa a uno de los continentes conocidos entonces (Europa, Asia y África), la tradición occidental afirma que Melchor era rey de Persia, Gaspar de India y Baltasar de Etiopía o Arabia, según la versión.
La figura de los Reyes Magos está cargada de simbolismo y en parte es por esto que son tan populares. Algunos expertos defienden que los magos tenían una función proselitista y engrandecedora ya que, si unos sabios venidos de lugares lejanos adoran al pequeño Jesús, ¿cómo no iban a hacerlo los locales? Por su parte, los regalos que cargaban suelen ser asociados con varios significados, como que representan las distintas facetas de Jesús: el oro le reconocía como Rey de Reyes, el incienso era su lado divino y la mirra (producida a partir de una resina y utilizada para embalsamar cadáveres) el aciago final que le esperaba en la cruz. Junto al momento del bautismo de Jesús en el río Jordán y a la famosa escena de las bodas de Canaán, la Adoración de los Reyes Magos se convirtió en la Edad Media en una de las escenas más representadas en el arte cristiano y por eso su historia está muy extendida y tiene su propio día de celebración, que tiene lugar el 6 de enero y coincide con la Epifanía (cuando Jesús fue revelado al mundo no judío).