«De la depresión no se habla demasiado, pero es tan invisible y letal como el coronavirus»

El doctor Diego Palao Vidal es profesor de Psiquiatría, director Salud Mental Parc Taulí-Sabadell del Hospital Universitario-Universidad Autónoma de Barcelona- Fundación España Salud. En este reportaje, el doctor habla de la COVID 19 y los efectos agudos en la salud mental.
Según el especialista, la pandemia COVID-19 no solo está teniendo efectos devastadores sobre la salud física, sino que también está afectando considerablemente la salud mental de la población general, de los profesionales sanitarios y de los demás servicios comunitarios que se enfrentan a diario a la enfermedad, en una lucha contrarreloj para salvar vidas.


Recuerda que “para evitar el colapso del sistema sanitario, se instauraron medidas de confinamiento, de “distanciamiento físico” para limitar la rápida propagación del virus. Estas medidas se han denominado, según el doctor, “erróneamente y de forma generalizada “aislamiento social”, un concepto que en psiquiatría consideramos un síntoma de enfermedad mental. Y es que, en realidad, lo que menos necesitamos, especialmente las personas mayores, es que la soledad y la falta de comunicación acaben por empeorar las cosas”.
Apunta que “el aislamiento social puede incrementar la incidencia de una pandemia oculta que ya estábamos sufriendo intensamente y de la que no se habla demasiado, pero que es tan invisible y letal como la que está produciendo el coronavirus, me refiero a la depresión”.

Depresión: Principal causa de discapacidad

Según la OMS, la depresión es ya actualmente la principal causa de discapacidad por enfermedad en el mundo y, “la pandemia COVID-19 y sus consecuencias sociales y económicas, a nadie se le escapa que puede incrementarla exponencialmente”, indica el experto.
En los hospitales, dice Palao, “estamos siendo testigos diariamente de los efectos agudos en la salud mental del estrés intenso que está causando este virus, que se ha extendido con una rapidez inimaginable y que está segando tantas vidas, especialmente entre las personas mayores, en una situación de aislamiento que produce escalofríos”. Apunta: “Las primeras víctimas de este estrés son las propias personas afectadas por el virus, que viven aisladas con angustia y temor, una enfermedad en muchos casos muy grave. Pero también son víctimas sus familias, que ni en sus peores pesadillas habrían imaginado estar aislados de sus seres más queridos en uno de los peores momentos de sus vidas y, más aún, si acaba teniendo un desenlace fatal”.
Termina indicando que “este estrés también se está viviendo entre los propios profesionales de la salud. Los sanitarios están integrados en equipos poco menos que improvisados, junto a los que desarrollan tareas muchas veces alejadas de su trabajo habitual, con el objetivo prioritario de salvar vidas y, desgraciadamente en algunos casos, de reducir el sufrimiento en el final de la vida”.

“Caminemos juntos, a dos metros de distancia, pero emocionalmente tan cerca como sea posible”

Diego Palago afirma que “es ahora, cuando hay que actuar con rapidez, eficacia e inteligencia si queremos prevenir las consecuencias ciertas de la COVID-19 en la salud mental de todos en diversos niveles”.
Pero, añade, “lo prioritario es cuidar a los enfermos y a sus familias sí, pero potenciando la cercanía emocional, la comunicación empática y el contacto social, preservando el imprescindible distanciamiento físico”.
Concluye con una cita: “Como recordaba la doctora Danuta Wasserman, del Instituto Karolinska, en una reciente carta de réplica a una editorial sobre COVID-19 de la prestigiosa revista Science: utilicemos un lenguaje inclusivo, caminemos juntos, a dos metros de distancia, pero emocionalmente tan cerca como sea posible, #weareoneworld”.