Alcaldes de Jumilla, Abanilla, Fortuna y Yecla se reúnen con el secretario de Estado de Medio Ambiente
M.C.Cañete Vera
La comarca hídrica del Altiplano de la Región de Murcia, de la que forman parte los municipios de Jumilla y Yecla, y parte de Abanilla y Fortuna, se enfrenta a un gran problema a medio y largo plazo, como es el de abastecimiento de aguas, tanto para consumo humano como para regadío, que actualmente se hace mediante la utilización en exclusiva de aguas subterráneas y acuíferos, ya que ninguno de los municipios pertenece a los Canales del Taibilla, ni tiene aportes externos.
Por ello, las alcaldesas de Jumilla, Yecla y Fortuna, así como el alcalde de Abanilla, Seve González, Remedios Lajara, Catalina Herrero y José Antonio Blasco, mantuvieron una reunión la pasada semana con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Gobierno de España, y con Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura.
En esta cita, los cuatro alcaldes le trasladaron toda la problemática actual con los recursos hídricos en la comarca del Altiplano y apelaron a la urgencia de que este ministerio acuerde medidas necesarias para afrontar el problema de sobreexplotación de esta zona.
Perjuicio económico y social
Según informan fuentes municipales “dentro del Marco del Agua de la Unión Europea, la CHS se compromete a llegar al equilibrio cuantitativo y cualitativo en los acuíferos del Altiplano y Sureste de Albacete en 2027”, y lo haría cesando las extracciones y reduciendo superficie de riego y usos de agua.
Esta situación ocasionaría un daño desproporcionado a los habitantes y al territorio del Altiplano, ya que implicaría reducir 57,8 Hm3 los bomberos, dejar secar 15.433 hectáreas de regadío y perder 6.000 puestos de trabajo directo. Un perjuicio económico y social para la comarca, así como el proceso de desertificación de sufriría el territorio.
Limitaciones al crecimiento
Actualmente, las posibilidades que puedan tener los municipios de Jumilla y Yecla, y parte de Abanilla y Fortuna, para desarrollar un crecimiento urbano o la implantación de industrias y servicios de cualquier tipo, que requieran aportación de recursos que superen las actuales dotaciones de agua para uso urbano, se encuentran muy limitadas. Este problema de escasez impide el desarrollo de un sector fuertemente implantado en la comarca, generador de empleo y actividad económica, y que resulta básico para fijar población como parte del reto demográfico.
Transferencia de cuencas excedentarias
El grave problema que sufre la comarca hídrica del Altiplano, además de la limitación y agotamiento de los acuíferos, también pasa por su desconexión con otras redes de suministro de agua, por lo que el necesario equilibrio de los acuíferos solo podría venir de recursos no convencionales como la desalación, algo inviable económicamente debido a la altitud del territorio respecto al mar, o mediante depuración, aguas que ya se reutilizan hasta en un 99%. Por ello, y en esta misma línea, la solución pasaría por las transferencias de otras cuencas excedentarias, en este caso concreto, sería del Trasvase Júcar-Vinalopó y de la conexión con la red de la Mancomunidad de los Canales del Tablilla.