En clave de sol by Gustavo López

Desde que Jumilla fue pionera en la puesta en marcha de su Ruta del Vino, siempre había rondado la idea de completar la oferta con un museo monográfico dedicado exclusivamente a nuestra seña de identidad, por tradición, solera e importancia. Además, no hay que obviar que nuestra denominación de origen es de las más antiguas de España, y de que se conservan vestigios de la tradición vitivinícola local que datan de hace más de 5.000 años. Además, han sido varias las ocasiones en las que se han votado mociones por unanimidad tanto en el Ayuntamiento de Jumilla como en la Asamblea Regional, donde incluso se referenciaba a este Museo del Vino como Regional, algo que no extrañó a nadie.

Por todos estos motivos y muchos más, Jumilla siempre había mantenido este deseo con un anhelo que antes o después de tenía que hacer realidad. Y esta línea, primero se rehabilitaron las naves de espartería del Arsenal, que fue el lugar elegido para su ubicación, para después ir pensando en el proyecto que finalmente desembocaría en el Museo del Vino de Jumilla.
En medio de todo esto, como imaginarán todos ustedes, ha tenido que ser mucho el trabajo y esfuerzo necesario para que el sueño se pueda hacer realidad. Y será este sábado con la inauguración oficial, que está llamado a ser referente en la zona, y una guía perfecta para el turismo local.
Pero como ya sabemos por experiencia propia, si los jumillanos queremos algo, tenemos que sudarlo y conseguirlo por nosotros mismos, porque si tenemos que esperar a que nos echen una mano, pues no tendríamos nada, y en el caso que nos ocupa, tampoco este Museo que Jumilla se merece.
Yo me pregunto que si este museo en lugar de en Jumilla estuviera en otra zona vinícola de nuestra querida comunidad autónoma, pues sería Regional y desde Murcia habrían puesto pasta seguro. Pero como hablamos de Jumilla, pues el que algo quiere, algo le cuesta, y aquí una vez más, estamos más solos que la una, dejados de la mano de Dios, y desmostrándosenos una vez más en nuestras propias narices, que no podemos contar con quien no nos quiere, por lo que la mejor solución siempre es echarle valor y saber que nadie se hace las cosas mejor que su amo.
El Museo del Vino de Jumilla será local por los cuatro costados y pensado fríamente creo que mucho mejor así, porque de esta forma nunca habrá que agradecer nada a desagradecidos.