En clave de sol by Gustavo López
Durante años, Jumilla ha puesto sobre la mesa en varias ocasiones lo bueno que sería contar con una infraestructura que podría convertirse en clave y eje dinamizador para su progreso económico y empresarial. Me estoy refiriendo a la posibilidad de contar con un recinto ferial. Se trata de una demanda compartida por vecinos, empresarios, agricultores, bodegueros, e incluso colectivos culturales, que sigue sin materializarse, a pesar del potencial transformador que significaría.
Ahora es el grupo municipal de IU-Podemos el que ha presentado una moción a este respecto y con la misma petición, que será tratada en el pleno de julio, de que estoy convencido que abriría un abanico bestial para el fomento de sectores económicos para lo que sería un verdadero espaldarazo e impulso.

Y es que aunque, de nuevo, se ponga en la palestra, ya les digo que no se trata de una idea nueva ni de una moda u ocurrencia. La necesidad de contar con un espacio ferial adecuado se remonta a décadas atrás. Jumilla, a pesar de su riqueza vitivinícola, su dinamismo agrícola y su notable agenda festiva, sigue sin disponer de un lugar fijo, amplio y equipado para albergar ferias, exposiciones, conciertos o eventos comerciales. Esto obliga a improvisar, utilizar espacios no diseñados para ello o incluso renunciar a acoger actos de mayor envergadura.
Un recinto ferial supondría un antes y un después para nuestra feria agrícola, podría acoger exposiciones de maquinaria, jornadas técnicas y muestras de productos locales, fortaleciendo la proyección de Jumilla como referente agroalimentario. Asimismo, permitiría consolidar eventos como la Feria de Enoturismo o que atraerían a profesionales y visitantes de fuera.
El comercio local también se vería beneficiado. Contar con un recinto adecuado abriría la puerta a ferias temáticas, mercados estacionales, exposiciones artesanales y otras actividades que dinamizarían las ventas, darían visibilidad a los negocios de la zona y atraerían nuevos clientes, incluso de municipios vecinos. Además, permitiría a los emprendedores y pequeños comerciantes contar con un escaparate digno y permanente. Y aquí me tengo que acordar de Expoboda, que sin duda es digna de ser recuperada.
Un recinto ferial no debe ser un gasto, de hecho, en los últimos años y ahora hay proyectadas, inversiones mucho más grandes de lo que podría resultar ésta, y la que nos ocupa sería sin duda alguna, estratégica.