Los responsables de los sindicatos agrarios UPA, Coag y ASAJA valoran las consecuencias de la sequía en la comarca del Altiplano

Mari Carmen Cañete Vera

Como “situación muy grave, caótica, preocupante o incluso alarmante, panorama lamentable, con territorios desérticos y un año dramático”, califican desde los sindicatos agrarios, UPA, Coag y ASAJA, lo que se está padeciendo, debido a la sequía, en el sector agrario y ganadero en la comarca del Altiplano. El panorama meteorológico que estamos sufriendo, sin lluvias y con temperaturas muy altas desde enero, es una de las grandes preocupaciones actuales en España y que, por supuesto, afecta a esta zona, con gran repercusión para la agricultura y la ganadería y la economía, en general.
Y es que, según los datos recopilados por Juan José Pérez, ‘el hombre del tiempo’ de Siete Días Jumilla, en lo que llevamos de año en esta zona “solo llevamos recogidos 7 litros en el núcleo urbano desde el 1 de enero, sobre 10 litros en algunas zonas del término de Arriba y entre 2 y 3 litros en zonas del sur”. Unas lluvias que, según Pérez, “están muy por debajo de lo normal y más si se comparan con el año 2022, cuando por estas fechas las lluvias ya pasaban de 100 litros en el núcleo urbano de Jumilla e incluso en algunas zonas del término municipal se alcanzaban los 200 litros”. Aunque, también matiza que “las cantidades de agua recogidas en el pasado año tampoco serían normales y estarían muy por encima de la media”.


Según el análisis del ‘hombre del tiempo’ de Siete Días Jumilla “lo habitual para estas fechas en cuanto a lluvias serían unos 50 o 60 litros, por lo que acumulamos un déficit de cerca del 90%. Habría que remontarse hasta 1970 para recordar tantos meses sin lluvia”.
A esto se unen las altas temperaturas, “cuyas máximas son entre 2 y 4ºC superiores a lo que es la media para esta época del año”, indica Pérez”.
Y lo peor de todo es que, a corto plazo, no se prevé la llegada de estas lluvias que pudieran paliar, en alguna medida, los daños que ya son cuantiosos, irreversibles y severos en zonas como la Comarca del Altiplano.

UPA: “Cerca de 90.000 hectáreas afectadas”

El secretario general de UPA en el Altiplano Antonio Carrión asegura que la situación “es muy grave, por no decir extremadamente grave, sobre todo, en el secano”. Pone algunos ejemplos, “en el cereal, la situación es irreversible y ya se ha perdido, en el almendro hay plantaciones que lo están pasando mal, con árboles muy secos, y en el olivar, aunque aguanta un poco más, cuando llegue la floración, la flor se quema y no produce”.
En regadío, los riegos han comenzado mucho antes que el año pasado, pero “las plantaciones no van a su ritmo natural”, afirma Carrión. Esto supone además un coste adicional, “no es lo mismo empezar a regar en mayo o junio que empezar en febrero y marzo, y eso sin pensar que pueda haber restricciones para priorizar el uso de la población”.
En cuanto a hectáreas afectadas, Antonio Carrión recuerda que “la comarca tiene una extensión de 1.500 kilómetros cuadrados, que serían 150.000 hectáreas, de las que, restando las montañas, se puede hablar de 80.000 o 90.000 hectáreas de cultivo afectado en el Altiplano, tanto en regadío como en secano”. “Las pérdidas pueden ser cuantiosas, -añade el responsable de UPA-, por un lado, las que supondrán la pérdida de producción y, por otro lado, la merma para los años siguientes. Las plantas, genéticamente, hacen su proceso para el año siguiente, si no crecen y padecen, al año siguiente, se resiente y no echan producción”.


Sobre posibles soluciones, Carrión se suma a las propuestas: “que el Ministerio está dispuesto a trasladar a Bruselas, y es que se flexibilicen las exigencias para las ayudas PAC”. También propone ayudas directas, “porque no hay otra solución, es una situación que afecta a todos, como cuando por ejemplo llegó el covid, que se creó una situación de emergencia, esto es lo mismo y hay que afrontarla así, a nivel nacional y a nivel europeo”.
Antonio Carrión añade que “si no se ve una solución en unos meses, vamos a tener que salir a la calle, porque va a haber una parálisis total. No solo en el sector agrario, sino en la población en general, con posibles restricciones de agua y también por falta de producto. Si no hay producto, obviamente no llega al mercado, y si llega, será a un precio desorbitado difícil de asumir, y si hay que traer de países terceros, se encarecerán muchísimo”.
Por último, el secretario de UPA reconoce que no recuerda una sequía tan grande y que afecte a tanta extensión. “He conocido algún año de sequía en zonas puntuales, pero tan fuerte, no. Vas al campo y da una sensación de enorme sequedad y casi desierto, con un panorama lamentable. Hay zonas irreversibles que, aunque llueva, no se van a recuperar, porque hay cultivos donde ya se llega tarde”.

ASAJA urge un Pacto Nacional del Agua

Por su parte, el presidente de ASAJA Javi Martínez considera que “si no llueve, lo peor está por llegar. Al igual que otras muchas zonas del territorio español, Jumilla está sufriendo una situación de emergencia hídrica. La sequía severa que estamos soportando ya ha dejado ver sus consecuencias”.
Martínez añade que todos los cultivos de la zona están afectados, principalmente los de secano, “almendros con una tímida brotación que acabarán secándose, algunos ni siquiera han movido, viñas secas o con lloros defectuosos, siembras sin nacer o secas y cultivos de regadíos asfixiados por el aumento de los costes de explotación ya que no hay aportes hídricos de forma natural”.


De esta forma, desde ASAJA ven necesario un Decreto de Sequía urgente que “recoja medidas económicas con ayudas directas, fiscales y en el ámbito de los seguros agrarios. Además, vemos imprescindible flexibilidad a la hora de aplicar la nueva PAC, principalmente en el cumplimiento de los nuevos ecoregímenes”. Desde Jumilla creen también que es “urgente un Pacto Nacional del Agua para llevarla donde no hay, y poner solución a un 2023 que augura una situación caótica para nuestra localidad y su tejido empresarial agroalimentario”.

Coag: “Año dramático”

Por último, Pedro García responsable de Coag afirma que “estamos ante una situación bastante complicada, hay plantaciones de olivar y almendro, que son más resistentes, están viéndose afectadas en las tierras más fuertes, secándose árboles y con el cereal que está perdido al 100%”. En el viñedo, García señala que “a las fechas que estamos, apenas mueven las plantaciones y lo que mueven es muy tímidamente, por lo tanto, van a ser muchas las superficies afectadas, aunque todavía no se puede calcular, pero con daños tremendamente importantes”.


En cuanto a las ayudas que se puedan conceder, García afirma que “según la reunión de la Mesa de la Sequía, estas ayudas no están claras, las organizaciones agrarias hemos hecho propuestas, se ha hecho un análisis, pero no tenemos una respuesta del ministerio”. El responsable de Coag añade que “estamos ante un año dramático. El secano, de seguir en esta situación, va a quedar prácticamente muy tocado, con muchas explotaciones en situación ruinosa y los regadíos, también, los agricultores tienen que doblar su dotación de agua y no hay una respuesta en el cultivo que compense en sobreesfuerzo que hacen”.
Pedro García se muestra contundente al afirmar que “estamos ante uno de los daños más graves que conocemos en la historia”.