Da igual que se sea un pueblo pequeño que una gran ciudad, porque al final, lo que queda y lo que vale, es el legado, las tradiciones y costumbres, ya sean culturales, gastronómicas o de cualquier otra índole. Los pueblos y las personas somos lo que tenemos, y no me estoy refiriendo al dinero, ya que el vil metal, en este caso, es lo que menos vale, porque se puede ser la ciudad o la persona más rica del mundo y no valer nada. De ahí la importancia que tiene el fomento, la defensa y el respeto de nuestras cosas, las señas de identidad que servirán como DNI ante todo y ante todos. Será sin duda la mejor carta de presentación siempre allá donde se vaya.
En este sentido, esta misma semana, el grupo municipal del Partido Popular ha hecho pública la presentación de una moción donde solicita la puesta en valor del legado del ilustre jumillano, Hijo Predilecto de la ciudad, Miguel Marín Padilla, que como saben, ya el año pasado, y de nuevo hace unas semanas en su reciente visita a su pueblo natal, el profesor ha anunciado su compromiso para que todo haber científico, reunido a lo largo de toda una vida de estudio del cerebro humano, esté en Jumilla. Pero claro, para que esta donación tenga sentido y sobre todo efectividad, es necesario preparar el terreno y que lo anunciado por Marín Padilla como un deseo, no quede simplemente en eso, sino que desde ya, el Ayuntamiento, como depositario de esta donación, se ponga a trabajar y a reunir todos los apoyos posibles para que cuando llegue el momento, más pronto que tarde, se sepa dónde se va a ubicar todo, de la forma más adecuada posible y dispuesto para seguir fomentado el estudio entre estudiantes de medicina, junto a la Universidad de Murcia y otras, la administración regional y todo aquel que valore lo que el doctor cede al mundo a través de su pueblo.
Supongo que esta moción saldrá adelante, y que además lo hará por unanimidad, porque este tipo de propuestas sí que aportan a nuestro pueblo, y mucho.
Ojalá se la tomen en serio.