Juan Carlos García de los Reyes es el arquitecto encargado de la redacción del proyecto del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico Artístico de Jumilla.
Juan Carlos García de los Reyes es arquitecto y urbanista y director de la empresa García de Los Reyes Arquitectos y Asociados. Es cofundador en 1991 de la UIM Unión Iberoamericana de Municipalistas y autor multitud de publicaciones y artículos de opinión, y ha impartido decenas de conferencias sobre urbanismo y sostenibilidad en prestigiosas universidades de España y Latinoamérica. Ha recibido numerosos reconocimientos profesionales.
El pasado 16 de febrero, el Ayuntamiento adjudicó el contrato para la elaboración del PEPCHA, Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico Artístico de Jumilla. La empresa adjudicataria es García de los Reyes Arquitectos Asociados y por este motivo Siete Días ha hablado con su director Juan Carlos García de Los Reyes, un experto urbanista que trabaja bajo los principios de “La Ciudad Comprometida”.
Antes de hablar del proyecto en el que trabajan, nos gustaría saber si tenía alguna referencia de Jumilla
Hace muchos, muchos años, cuando estudiaba en la Universidad Laboral de Cheste, pasaba en autobús cada tres meses por aquí, pero más allá de esa referencia geográfica o de vuestros vinos poco más sabía de Jumilla.
Una vez que ya ha conocido la ciudad, ¿Qué destacaría a nivel urbanístico y patrimonial?
Veo a una ciudad con mucho dinamismo, ubicada en un territorio bellísimo, que tiene un tamaño óptimo para ofrecer a sus vecinos buenos servicios y una alta calidad de vida. Sin embargo, como a muchas otras, se le olvidó cuidar y mimar a su ciudad histórica que hoy se encuentra ajada y sin pulso. Es evidente que constituye uno de los retos que deberán afrontarse en los próximos años.
El conjunto histórico fue declarado BIC en 1981, pero, ¿cree que las administraciones le han dado el valor suficiente a esta declaración y por tanto a su protección?
Es obvio que no, como lo demuestra el hecho de que el valor patrimonial de la Jumilla actual haya mermado mucho respecto de aquellos valores que justificaron hace cuarenta años su declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico Artístico. Seguramente fue interpretada como un gran honor, pero supongo que no se supo entender que también llevaba implícita la responsabilidad de cuidarlo y protegerlo. Así que por el camino se perdieron muchos edificios valiosos, mucho patrimonio y mucha armonía. Por eso debemos felicitarnos por la valentía municipal que supone afrontar de una vez por todas las políticas necesarias para que Jumilla vuelva la mirada hacia su ciudad histórica y le dé el protagonismo que merece.
Y esto, en muchos casos, lleva consigo la despoblación de estas zonas históricas de las ciudades
Claro, eso es, porque el PEPCHA es el instrumento legal que regula detalladamente las normas urbanísticas de aplicación en dichos barrios. Y esa falta de regulación se ha traducido desde entonces en una gran inseguridad jurídica y una terrible burocracia en la obtención de los permisos.
En ese contexto siempre es más fácil crecer hacia la periferia con el abandono consiguiente de la ciudad histórica.
En Jumilla desde hace décadas se viene hablando de la necesidad de protección de esta parte antigua de la ciudad, incluso se han hecho proyectos, pero que finalmente no han salido adelante, ¿Por qué cree que ha ocurrido esto, cuando curiosamente un casco antiguo es uno de los principales atractivos a nivel turístico?
Pues porque formular y aprobar un plan como el PEPCHA es una tarea muy compleja para la que se requiere, por parte de los técnicos una gran especialización y experiencia en dicha materia, y por parte de los políticos locales una grandísima determinación para superar las dificultades que entraña concertar las propuestas con numerosos organismos (Cultura, urbanismo, Medio Ambiente, Turismo, telecomunicaciones, aguas…) además de con la población local…
Y yo creo que en el caso de Jumilla hasta ahora han fallado ambas cosas.
¿Qué supone que un municipio no cuente con una herramienta normativa como ésta?
En primer lugar, la aprobación del PEPCHA constituirá un pacto local para devolver la mirada hacia la ciudad histórica, estableciendo las bases para que progresivamente recupere su vitalidad, su orgullo y su lozanía.
Y, en segundo lugar, constituirá una norma precisa y clara que simplificará enormemente los trámites para que las empresas y los particulares se animen a rehabilitar los edificios y a vivir en ella. Sintetizando en una frase: ¡Llegó la hora del Casco Antiguo de Jumilla!
¿Cuáles son los plazos y calendarios que se marcan?
Hemos propuesto a la alcaldesa y al concejal de Urbanismo que, al mismo tiempo que empezamos con los trabajos técnicos, se inicie simultáneamente la participación ciudadana mediante una serie de talleres con los diferentes colectivos sociales y empresariales.
Supongo que en un plazo de unos seis meses ya dispondremos de un documento bastante maduro que posibilite el inicio de la tramitación formal del PEPCHA.
¿Y las principales líneas de actuación?
Convertir a la ciudad histórica de Jumilla en un excelente lugar en el que vivir, lleno de armonía, orgulloso de su arquitectura y de sus tradiciones, que se pueda caminar, que recupere el comercio y la actividad… En definitiva, ponerla de moda.
En este proyecto, pretenden contar con el consenso de ciudadanos y administraciones
¡Claro! ¡Es que no hay otra alternativa! Pondremos toda nuestra experiencia y todo nuestro afán para construir un pacto local por el CHA de Jumilla, lleno de institucionalidad, que no pertenezca a ningún partido sino a todos, y que también sea asumido por los organismos regionales y del estado implicados para que, tras su aprobación, sea el libro de ruta con el que avanzar, durante las próximas décadas, en su recuperación.
¿Qué mensaje lanzaría a los jumillanos al respecto de este proyecto, que en definitiva sería beneficioso para toda la población?
Gracias a la formulación del PEPCHA Jumilla va a vivir un momento singular en la historia de la ciudad, en el que poder aprender de los errores del pasado y definir los anhelos y los retos para el futuro. En ese proceso, tanto mi equipo como yo mismo pondremos toda nuestra experiencia al servicio de este apasionante proyecto para que, esta vez sí, el PEPCHA pueda ser una pronta realidad. Además, he percibido en los responsables municipales y en sus asesores un gran convencimiento para llevarlo a cabo, por lo que auguro los mejores resultados… Por eso, como antes afirmé: ¡Llegó la hora de Jumilla!