“De la variedad monastrell, afrutado y fresco”

Mari Carmen Cañete

Somos Tierra” es el lema de Bodegas Juan Gil y representa el cuidado y mimo al viñedo, buscando vinos con calidad, pero de forma sostenible y con un extremo respeto al Medio Ambiente.
Aunando estas premisas llega Juan Gil Etiqueta Amarilla. La nueva añada del joven de la gama Juan Gil saldrá al mercado en primavera estrenando su condición de vino ecológico y en botella sostenible. Sobre este vino Bartolo Abellán, enólogo de Bodegas Juan Gil describe: “Es un monovarietal de Monastrell que en su añada 2021 consolida su mayor reto en los últimos años, certificar su elaboración con uvas y procedimientos ecológicos. En cata se muestra un vino fiel a su estilo que define muy bien cómo fue la vendimia manifestándose más afrutado y fresco que años anteriores”.

De esta forma, Juan Gil Etiqueta Amarilla se suma a Juan Gil Etiqueta Plata en la certificación de vinos ecológicos, suponiendo esto que más del 50% de la uva que elabora Juan Gil es ecológica. “Es imparable la conversión al cultivo ecológico y en la próxima campaña estaremos trabajando en ecológico el 75% de las uvas que vendimiamos y el 100% de las que provienen de nuestros viñedos en propiedad. En este esfuerzo nos acompañan los más de 300 viticultores que año tras año trabajan a nuestro lado”, señala Abellán.

Respetuosos con el entorno

Hace años que comenzaron su impulso y apuesta por el cultivo ecológico. Tras la construcción de sus actuales instalaciones, ubicadas en el paraje de La Aragona de Jumilla, el referente era “llevar con orgullo la marca de nuestra familia que se remonta a 1916 y ser respetuosos con nuestro entorno”. La bodega se encuentra ubicada en el centro del viñedo y es capaz de soportar una variación térmica de 12 grados centígrados sin alterar la temperatura interior, un hito en aquel momento. A día de hoy, Juan Gil es la única bodega de la Región con autorización para la gestión y elaboración de residuos y, además, cuenta con la instalación más grande de Europa dedicada a la elaboración de vino cuya energía proviene de fuentes renovables.
Los esfuerzos de Bodegas Juan Gil también van enfocados al cuidado del Medio Ambiente, algo que es valorado por el consumidor. En este sentido destaca el proyecto puesto en marcha para conseguir embotellar los vinos jóvenes en botellas ligeras, es decir, con un peso inferior a 400 gramos en botella cónica y capaz de mantener estabilidad en una línea de embotellado de última generación. El 40% de los vinos que se embotellan ya utilizan las llamadas botellas ligeras, un envase con un 28% menos de emisiones de huella de carbono y un 14% más eficiente en el transporte. Esto les sitúa a la estela de países como Canadá, pionero en el impulso de este avance.

Consiguen transformar el raspón en un producto con valor añadido

Actualmente, con recursos propios, Juan Gil es capaz de producir 300.000 kg de humus procedente del raspón de la uva que se desecha durante la elaboración del vino. Han sido pioneros en conseguir transformar un subproducto sin valor como es el desperdicio del raspón de la uva en un producto con valor añadido, “algo muy importante para nosotros ya que lo usamos como una enmienda agrícola efectiva para nuestros cultivos de calidad, los que van destinados a los mejores vinos, es decir, los viñedos plantados en vaso de baja producción, aquellas viñas más viejas de la finca”, apuntan desde la bodega. En la actualidad, está en proyecto la ampliación de los recursos e instalaciones que destinan a la producción de humus ya que la intención es aumentar progresivamente la cantidad y conseguir hacer humus de la misma calidad con otros subproductos como es el sarmiento de la poda de sus viñedos.