Con la asistencia entre otros del definidor Manolo Díaz Buiza y desde Roma, su amigo Rafael Sanz Valdivieso
Lola Tomás
Jumilla despedía al padre Francisco Oliver, el que fuera guardián del convento y monasterio de Santa Ana, en una misa sencilla y emotiva presidida por el padre José María Roncero, junto a ocho franciscanos más que concelebraron junto a él, además de José Andrés Alcolea, cura párroco de la iglesia de San Juan, donde tuvo lugar el oficio de la eucaristía.
A la misma asistieron entre otros, el máximo responsable de la zona territorial de Cartagena, el definidor Manolo Díaz Buiza; desde Albacete, Miguel Antequera Ortega y desde Santo Ángel, Javier Rojo Alique, frailes que compartieron con él un tiempo en el convento de Santa Ana. Representando a toda la comunidad franciscana, se desplazó hasta Jumilla el director del Estudios Teológicos de Murcia, Miguel Ángel Escribano, que en su día fue alumno de Oliver y éste en los últimos días llegó a ser su jefe, según señala a esta redacción el padre Roncero.
Cabe destacar la presencia desde Roma de Rafael Sanz Valdivieso, compañero y amigo durante más de 30 años de Francisco Oliver, y Antonio Fernández Redondo, un fraile en prácticas que no pudo concelebrar con el resto, pero que vivió junto a él su accidente vascular y todo el postoperatorio que vino después de la enfermedad en el mes de julio.
En la eucaristía participaron varios representantes de distintos ámbitos para que no quedase nadie sin honrar ni despedir al padre guardián de Santa Ana en este homenaje.
Los tres frailes que ahora quedan en el convento agradecen “profundamente” las muestras de cariño de todos, y la amabilidad del párroco de San Juan, José Andrés Alcolea.