Pascual David Muñoz Álamo

Paso corto vista larga (Artículo de colaboración)

Las fechas en el calendario, nos marcan inexorablemente el inicio próximamente de uno de los eventos más multitudinarios por las calles de una ciudad, la nuestra, la conocida por todas y todos como la “Ciudad del Vino”.
Esta ciudad desprende olores que te atrapan, con unas gentes que te conquistan, con unos vinos que te transportan a la esencia de la tierra, a la del cultivo y a la filosofía de un “vino”, un lujo al alcance de la mano.
Muchos filósofos han escrito sobre el vino, sobre los placeres que se viven en la experiencia al introducirlo en la boca, una sensación de amar lo creado, de sentir lo de otros como propio, de generar en un líquido la expresión del amor hacía la armonía más pura jamás creada.
¡Estamos encantados!
La Fiesta de la Vendimia de Jumilla son celebraciones de ‘alto copete’ que tienen mucha categoría, que nos visitan desde lugares insospechados, donde la publicidad y la información de las fiestas se transmite de boca en boca, como resultado de vivir y sentir y querer de nuevo, repetir.
Durante unos días, todo se vincula y gira en torno a la cultura del vino.


Los romanos desarrollaron la figura de Baco a partir del Dioniso de la cultura griega, un dios de la vid y del vino, pero también de la fertilidad, de la agricultura, de la música, del teatro.
Nuestro pueblo tiene tradición, tiene costumbre, tiene pasado, tiene solera y tiene testimonios.
Testimonios del presente que refuerzan el camino recorrido y hacia donde nos dirigimos. Siempre es necesario tener miras abiertas y corresponder a las propuestas de los nuevos actores que se van incorporando.
Lo “Jovial” aquello que es alegre en tiempos festivos, risueño o divertido permanece sin apenas esfuerzo entre nosotros de un modo perpetuo, la sonrisa amplia de colectivos y participantes nos aúpan a una trayectoria consolidada y firme para el presente.
Nadie duda de que en nuestras fiestas populares se recogen valores y sentimientos, otorgando en ellas ese recuerdo a la tradición y al pasado, tan nuestro, tan necesario para saber de donde venimos.
Tenemos que aunar esfuerzos, el corazón de la fiesta necesita de nuestras creencias, necesitamos suspender la monotonía de los días, necesitamos de una Jumilla “Juerguista” agrupando lo divertido, lo animado, lo vivaracho, lo marchoso; nunca haciendo eco a lo maleducado y a lo chabacano.
J U M I L L A te mereces reinar en el olimpo de los D I O S E S.