El Pisaor de Honor, Diego Cutillas señaló en su discurso que el vino «es una lección vital completa”

Mari Carmen Cañete

Aunque por el cambio climático, en algunos puntos del país se adelanta la vendimia, se puede decir que Jumilla es donde se logra el primer mosto de España.

Así fue en la tarde del pasado martes, en la Ofrenda de Uvas y Primer Mosto al Niño de las Uvas. Se trata de un acto organizado por la Federación de Peñas en el que se representa la forma tradicional de obtención del vino.
Este año, el Pisaor de Honor ha sido Diego Cutillas que, junto al resto de sus compañeros, realizaron las labores mediante las que antaño se elaboraba el preciado y reconocido producto de Jumilla.


Cultillas, destacó en su intervención que “el vino constituye en sí mismo, una lección vital completa e imperecedera, el vino es el arte de madurar, como intentamos que sea el curso de nuestras vidas y un arte a la espera de cada cosecha”.


El Pisaor de Honor 2024 también subrayó, entre otras cosas, que “el vino es una forma esencial de pensar Jumilla, representa para la cultura un sello de identidad de mucha importancia y la vendimia es motor de desarrollo, económico y social. La vida de todos los jumillanos está ligada a la elaboración de nuestro preciado vino”.

Centenares de peñeros

En este acto, presentado por César Pérez y Lola Gómez, se contó con la participación de centenares de peñeros y peñeras de todas las edades, incluso alguno con tan solo días, que fueron depositando sus uvas en el lagar para su posterior pisa, que fue amenizada con la música y bailes del grupo de Coros y Danzas Francisco Salzillo.

Una vez obtenido el primer mosto, éste fue bendecido por el padre franciscano José María Roncero que deseó una “buena vendimia, fruto del trabajo del hombre y la mano de Dios”.


Asistieron responsables de numerosos colectivos festeros y organismos vinícolas, autoridades locales, cargos peñeros y representantes de decenas de delegaciones festeras del Levante y de la Región de Murcia.