La actividad deportiva se mantiene en los hogares, y por tanto también las lesiones derivadas de ella. “Sigo en contacto con mis pacientes”, asegura

María Ferraje Galán regenta una clínica de fisioterapia en Jumilla

Son muchos los deportistas que “han abierto” las puertas de sus casas para contar cómo están viviendo estos días de confinamiento, y también distintos ciudadanos los que, sin dedicarse a la práctica deportiva, han reconocido que mantienen la actividad entre las paredes de sus hogares. Del mismo modo y aunque resulte irónico, existe un importante número de personas que están aprovechando este tiempo libre para comenzar a hacer ejercicio físico. En conclusión, el deporte sigue muy vivo (quizá más que antes de la crisis sanitaria), por lo que se siguen produciendo las lesiones que de esta actividad se derivan.

La práctica totalidad de las clínicas de fisioterapia del país han cerrado sus puertas, pero siguen ofreciendo sus servicios por vía telemática. Es el caso de María Ferraje Galán, que ha accedido a hablar sobre su situación y la del gremio en Siete Días Jumilla, y que asegura que son muchos los pacientes que siguen contactando con ella por teléfono. “Para mejorar el nivel emocional es recomendable seguir unas pautas y rutinas. Cuando me  piden consejo siempre les recomiendo que mantengan sus hábitos de movilidad e higiene”, explica, “y no estar en pijama todo el día”, recalca.

Parece complicado imaginar la labor del fisioterapeuta a distancia, ya que las manos son su principal instrumento de trabajo. “Cuando la gente piensa en el papel del ‘fisio’ piensa en la terapia manual. Pero también tenemos un papel importante en cuanto a la actividad a realizar y como llevarla a cabo”, recalca. De esta forma, hay consejos y pautas que se pueden seguir para aliviar  e incluso corregir totalmente determinadas dolencias.  “Podemos recomendar ejercicios, corregir posturas, recetar que se apliquen hielo o calor… el tratamiento oportuno en función del caso”, sostiene María Ferraje.

LA MEJOR TERAPIA: COMBATIR EL SEDENTARISMO

Los casos más habituales de consulta suelen ser esguinces, o dolores de cabeza o espalda. Respecto a estos últimos considera que “están generados mayormente por el sedentarismo y la inmovilidad. De esta forma lo ideal es ir pautando ejercicios para moder mejorar la movilidad articular del paciente”, estima. En cualquier caso los tratamientos son distintos en cada caso. “Una de las preguntas que hago es, ¿haces deporte? En función de eso empezamos a marcar las pautas de una forma o de otra. También hay que diferencias entre los deportistas habituales y las personas que comienzan a hacer actividad, ya que las lesiones o molestias pueden ser distintas”, puntualiza.

La proliferación de casos en este sentido hace que los fisioterapeutas se mantengan al pie del cañón. Eso sí, desde casa. “Muchas personas han dejado de trabajar y no están tan activas. Se tira más del sofá y la silla, así que estamos más tiempo sentados”. Para combatir esta situación María Ferraje recomienda echar un vistazo en internet, donde se pueden encontrar multitud de tutoriales y videos con rutinas específicas para cada individuo, en función de su edad o capacidad física. “Podemos hacer ejercicios adaptados dentro de casa. Sobre todo es inspirador ver cómo hay gente mayor que toma consciencia de la importancia de la actividad física y se suma a las nuevas tecnologías para hacer deporte”, finaliza.

El sector se encuentra “en una situación injusta”

Aunque todos los sectores se están resintiendo con la crisis sanitaria del coronavirus, hay algunos que se encuentran en una situación especialmente delicada. Es el caso de los fisioterapeutas, que aunque están calificados como sanitarios (al igual que psicólogos o dentistas), ejercen una labor que, en su mayor parte, no puede estar considerada como de primera necesidad. “Estamos en una situación injusta, en un limbo económico y político”, sostiene María Ferraje, tras no haber decretado el Gobierno el cierre de las clínicas de fisioterapia, que en una amplia mayoría ha echado el cerrojo “por responsabilidad social”. A este respecto Ferraje asegura que “yo cerré el día 13 de marzo, antes de que se decretara el estado de alerta. La mayor parte de nuestro trabajo se realiza a 30 centímetros del paciente, y no podía tener en mi conciencia el convertirme en un vector de contagio para mis pacientes”. Y es que les resultaría imposible acatar las recomendaciones higiénico-sanitarias. “Ni siquiera contamos con la protección adecuada. Ni los médicos tienen EPI’s, ¿cómo vamos a tener nosotros?”, pregunta.

De esta forma todos los cierres de las clínicas de fisioterapia se han realizado de forma ”voluntaria”, según el Gobierno. “Nos están poniendo en una situación muy difícil. No podemos acogernos al paquete de ayudas y muchos de nosotros se verán abocados al cierre”, sentencia María Ferraje.