El jumillano se ejercita en la capital del país, donde reside con su pareja. Para ello cuenta con la ayuda de un peculiar “videojuego”

“Siguiendo los consejos decidimos quedarnos aquí”

Salvi Guardiola lleva ya unos meses sin ver a su familia, y desde su regreso de Australia (donde tomó parte en la que, hasta la fecha, ha sido su última competición) se encuentra recluido en la vivienda que comparte con su pareja en Madrid. “Tuve suerte de que me pillara aquí en España. Estamos bien pero somos conscientes del momento tan complicado que estamos pasando”, ha explicado a Siete Días Jumilla por vía telefónica. Una situación que se está dando en todo el territorio nacional, pero que es más acuciante en la capital del país. “Aconsejaron a los que estábamos en Madrid que no nos moviéramos de aquí. Por supuesto que me gustaría poder haber visto a mi familia, pero había que ser lo más responsable posible y nos quedamos. Aquí la cosa está muy complicada y asusta un poquito, con el ejército en las calles desde el principio. Solo hemos salido una vez para comprar. Yo no he vivido ninguna guerra, pero parece como si estuviéramos en ella”, sostiene.

Un confinamiento complicado para el común de los mortales, y cuya dificultad se acrecienta en el caso de los deportistas de alto nivel. “Tenemos que seguir entrenando porque no sabemos cuándo vamos a volver a competir. Además estoy con la incertidumbre de que este año acabo contrato y no sé cómo va a acabar todo”, argumenta el ciclista jumillano, que por tercera temporada seguida milita en las filas de la escuadra nipona Kinan Cycling Team. Se ha suspendido el calendario en Japón, y también los Juegos Olímpicos. No obstante Salvi Guardiola asegura que “el deporte debe pasar ahora a un tercer o un cuarto plano”. Al menos sigue en nómina, ya que el equipo japonés no ha tomado, hasta el momento, ninguna medida contra sus ciclistas. “En ese aspecto estamos tranquilos, porque la cultura japonesa respeta mucho al trabajador y nadie nos ha dicho nada”, aunque sí admite que “tenemos también unas primas por carreras que, como no estamos corriendo, no estamos recibiendo. Pero el salario base sí lo ingresamos”.

Así que el entrenamiento diario es ahora su única ocupación laboral. “Por las mañanas me levanto y hago una hora de rodillo. Luego desayuno y hecho otras dos horas más, así que lo estoy llevando bastante bien”, admite. Un ejercicio que también le permite mantener el equilibrio mental. “Cuando no hago deporte no hay quien me aguante”, asegura. “Hago deporte incluso cuando tengo descanso. Llevo desde los ocho años con la bicicleta, y me encanta la sensación de libertad que me da. Así que esta situación es complicada, pero con el entreno lo vamos sobrellevando”.

UN RODILLO 2.0

Y es que la tecnología actual permite realizar entrenamientos muy completos sin salir al exterior, con un simulador de ciclismo que está causando auténtico furor. “Es muy curioso la verdad. Nunca lo había hecho y esta semana empecé y he tenido que dejarlo, porque te metes en carrera y te pegas un calentón que, si sigo así, no voy a coger la forma para nada”, declara entre risas el jumillano, que reconoce que es “super dinámico y muy divertido. Como un videojuego”. Y es que te da la posibilidad de competir con otros usuarios que también están conectados desde casa. “Compites con gente de todo el mundo. Incluso te pones a rueda y la bicicleta trata de simular la sensación aumentando los watios. Lo mismo ocurre con una pendiente o con cualquier otra circunstancia que te puedas encontrar en carrera”.