La lleva realizando 16 años a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer

LOLA TOMÁS

Más de cien almas flamencas, ciento treinta, para ser más exactos, bailaron por el escenario del Teatro Vico, en la gala solidaria realizada por la academia de baile que dirige Conchi Marín Sánchez.


Dos funciones que abarrotaron literalmente el aforo del teatro y cuya recaudación es íntegra para la Asociación Española contra el Cáncer, tal y como lleva haciendo desde hace dieciseis años.


Conchi Marín ha conseguido crecer como persona y profesional, desde abajo y contando con recursos limitados, “no solo somos más, señalaba el presentador de la gala, sino que somos más grandes, y nos queda un camino infinito por recorrer, desde que partimos de una humilde estación, hace ya más de una década”.

Además de las 130 almas flamencas, se contó con colaboraciones estelares de música en directo que silenciaron y emocionaron al público, como Bernardo Marín a la guitarra y Aarón Marín al cante. También se escuchó a Juan José Gómez y a los hermanos Pedro y Sebastián Fernández al cante y la guitarra, y a Victoria Gómez a la flauta.

Un año más se pudo contemplar el arte que desborda «una alumna que nunca se fue», Paula Palencia, con la interpretación de una coreografía de danza contempóranea, y se desplazó hasta Jumilla, haciendo más de 2000 Km para estar en el Vico, la bailaora Cristina Rivero, que compartió baile con la anfitriona Conchi Marín y deleitó igualmente con otro individual.

Por si fueran poco las emociones y sensaciones vividas durante toda la gala, el broche final lo puso un baile flamenco y muy racial interpretado por Conchi Marín, que bailaba al son de lo que tocaba la Banda de Cornetas y Tambores Devoción, que hizo ponerse en pie al público que abarrotaba el Teatro Vico.

Bailes de todos los estilos, vestuarios elaborados, coreografías muy trabajadas y mucho, mucho arte, desde las más pequeñas, hasta las veteranas.

Final apoteósico con el baile de Conchi Marín y la intervención de la Banda de Cornetas y Tambores Devoción, que puso al público en pie. L.Tomás