El desfile fue desviado a su vuelta por la aglomeración de público
Expectación máxima por lo que podría suceder en una tarde con alta vigilancia
Lola Tomás
El desfile de Manolas de Jueves Santo, a pesar de haber cuidado mucho esa tarde bella y tradicional en Jumilla, quedó con una extraña sensación de vacío, como si faltase algo.

La expectación era máxima, más todavía si cabe, por la campaña “Cuidemos lo nuestro” que puso en marcha el Ayuntamiento de Jumilla, en la que se solicitaba respeto y cuidado durante el desfile, especialmente en la zona centro, donde se produce tal aglomeración de público que da lugar a un embotellamiento y que a duras penas deja pasar estandartes, parejas de cofrades con sus Manolas y las bandas de música.

El desfile de ida fue fluido, quizás por la hora algo más temprana que otros años, pero a la vuelta, la Policía Local lo desvió “por seguridad”, ante la cantidad de público concentrado.

De cualquier manera, las Manolas de la Hermandad de la Magdalena, la Cofradía del Rollo, del Cristo Amarrado y de Jesús Nazareno, hicieron relucir una de las tardes más bellas de la Semana Santa.

Una tarde característica y peculiar que la distingue de los Jueves Santos de otros municipios y de otras Semanas Santas, y que debe ser objeto de reflexión, civismo y educación, de todos.