En clave de sol by Gustavo López
Con el paso de los años, y los nuevos tiempos, todo cambia, incluso la forma de divertirse, el ocio y hasta los peligros que, por desgracia, cada vez son más, y más peligrosos, valga la redundancia redundante. En este sentido, esta misma semana, de forma previa al inicio de las fiestas del pueblo, desde la Concejalía de Servicios Sociales se han presentado las pulseras Centinela, un ‘invento’, y permítaseme la expresión, para detectar si algún desaprensivo echa alguna sustancia en la bebida de alguien con el objeto de abusar de esa persona. Es decir, lo que viene a ser prevención contra la sumisión química, como decía al principio, algo nuevo y moderno, permítaseme de nuevo la expresión, sin ánimo de frivolizar, sino todo lo contrario.

Estamos de esta manera, ante una buena idea que se desarrolla y que, además, pone de relieve la importancia que tiene ahora, más que nunca, el trabajo y las iniciativas que se ponen en marcha desde la Concejalía o el departamento de Igualdad, ya que como decía al principio, independientemente de nombres, posicionamientos políticos, o estrategias para ver quién la tiene más larga, (la razón me refiero), lo cierto es que como decía al principio, todo cambia, y lo que antes valía, ahora ya no vale, y por el contrario, hay que enfrentarse a nuevo retos y nuevos peligros también.

Pero si esta acción decía que era buena e incluso pionera, es una auténtica pena que no se piense, o al menos lo suficiente, en acompañar este tipo de cosas con una completa campaña de difusión, promoción y publicidad que además de dar a conocer lo que se va a hacer, también se lograría un efecto disuasorio, ya que todos tendrían un poco más claro que Jumilla y sus fiestas son seguras, aquí no queremos tonterías, y a la vez, nuestros jóvenes, chicos y chicas, disfrutarían más del ocio y de las fiestas sin preocupaciones adyacentes.
Lo he dicho muchas veces, que lo que no se conoce, no existe, y cuando se organiza algo, hay que pensar si se enteran unos pocos, el resultado no será el deseado. Sin embargo, si toda la juventud, y los no tan jóvenes, junto a los propios posibles agresores, se enteran, estoy plenamente convencido de que el éxito estará asegurado. Aunque el mal esté siempre acechando y nada es nunca garantía, pero el resultado será exponencialmente mejor.
En fin, otra vez será.