Un año especial en el que se estrena en las calles el Interés Turístico Internacional

Gustavo López

El 2019 fue uno de esos años para la historia de la Semana Santa que se recordará siempre porque solo se pudo celebrar la mitad de sus actos, ya que a partir de Jueves Santo se suspendió todo por la lluvia.
Pero no todo iba a ser malo ese año, y tan solo unas semanas después, llegó la noticia desde la Secretaría de Estado de Turismo de la concesión de Interés Turístico Internacional para la Semana Santa de Jumilla. Por eso, tocaba centrar todos los esfuerzos en el año 2020, que sería el primero con esta catalogación. Pero la continuación de la historia ya la conocen, con la suspensión durante dos años más y la imposibilidad de ver las procesiones en la calle.
Jumilla se une este 2022 al denominador común que une a todas las localidades de España, y son las ganas que hay para poder devolver a la normalidad a esta fiesta.


Han pasado ya más de 1.000 días desde la última procesión, y cuando parecía que sí que se iba a poder disfrutar de esta manifestación tan arraigada en Jumilla, con más de 600 años de historia, justo después de la visita de los Reyes Magos, la maquinaria previa, que antecede a la Semana Santa en Jumilla, se puso en marcha con el objetivo de tenerlo todo preparado para un año muy especial.
De ahí, que las modistas desempolvaran sus agujas para retomar la confección de túnicas y el arreglo de ajuares; las hermandades se remangaron para sacar brillo a la plata, poner en orden las sedes y ultimar los tronos; los floristas presentaron a las cofradías las nuevas tendencias en decoración floral de los tronos; el Ayuntamiento de Jumilla ha doblado la inversión en promoción turística en un año en el que hay que poner sobre la mesa los múltiples motivos que han llevado a la nueva declaración de la Semana Santa de Jumilla; y los comercios de recuerdos ultiman sus propuestas y regalos personalizados para hermandades, nazarenos y visitantes.

Homenaje a la ‘juevesanta’

Antonia González Fernández es una modista que lleva 40 años haciendo túnicas para las hermandades jumillanas. Su madre, conocida con el apodo de ‘juevesanta’, fue la gran maestra en estos menesteres, y hace 8 meses que falleció a la edad de 95 años. “Por eso, este año queremos que sea un homenaje a ella, que hasta el último año estuvo dando puntadas, marcando fajines y cosiendo bajos”, dice orgullosa Antonia, que empezó con su madre y ahora es su hija Paqui la que se ha convertido en su pareja en el oficio.
Justo el 7 de enero comenzaron con la campaña de este año, donde van a salir de su taller más de medio centenar de nuevas túnicas del Cristo de la Caída, la Columna, el Sepulcro o de los penitentes de Martes Santo. Además, han confeccionado casi un centenar para el colegio Carmen Conde, que las van a estrenar en su procesión infantil de Viernes de Dolores.
Antonia, rodeada de grandes piezas de tela, canutillos de oro y pasamanerías, relata tranquila que “aunque en estas fechas siempre hay prisas, este año no vamos mal, y esperamos entregarlo todo antes del Sábado de Pasión. Porque hay muchas ganas y hemos notado que por la pandemia, van a darse más promesas de lo habitual, así como muchas túnicas de niños, siendo la más pequeña para un bebé de meses”.


Antonia y Paqui, o madre e hija, o también hija y nieta de la ‘juevesanta’, diseñan nuevas túnicas para las hermandades, las cortan, cosen y también gestionan los bordados, “aquí la gente viene, le tomamos media y se lo lleva todo preparado para la procesión”, puntualizan, y agradecen el apoyo de sus clientes a lo largo de estos 40 años que confían en ellas, de las hermandades de las que son modistas oficiales, y de los muchos capuruchos de última hora que van a bajarle a la túnica o a las mangas “porque este año, después de tres años con las túnicas guardadas, nos estamos encontrando muchos casos”, dice con una sonrisa de satisfacción en la cara Antonia González Fernández, la ‘juevesanta’.

Flores vintage

Por su parte, desde Coloma Floristas, destacan que “siempre pasa, pero este año hay mucha más ilusión entre las hermandades”, y aunque en el sector de las flores las prisas llegan en el último momento, Sebastiana Coloma, se muestra tranquila porque “lo tenemos todo preparado y previsto, además, las hermandades con las que trabajamos desde hace mucho tiempo, nos conocen, los conocemos y existe máxima confianza”.


La floristera puntualiza que “en Semana Santa no hay una flor destacada por encima de otras, ya que los floreados que nosotros hacemos se componen de una amplia variedad de flores, aunque la tendencia actual se decanta por los tipos vintage, utilizando palos de eucalipto o falsa pimienta, algo que ha gustado ya mucho en las decoraciones que hemos hecho para actos como el nombramiento del Nazareno de Honor 2022 de la Semana Santa de Jumilla, que se realizó en el Teatro Vico y que resultó un gran trabajo”.
Sebastiana Coloma destaca que, junto al trabajo que estos días se hace para las hermandades y cofradías, también están los encargos que reciben por parte de muchos familiares de semanasanteros que han fallecido recientemente y que sus allegados quieren que tengan flores como homenaje y recuerdo, “algo que tenemos que combinar, donde todo nuestro personal se vuelca para poder llegar a todo lo que en estos días se junta”.

Recuerdos personalizados

En Manualidades Picasso llevan trabajando ya durante varios meses en los preparativos previos de la Semana Santa de Jumilla, ya que se dedican a realizar regalos personalizados, como cuadros de homenaje, figuras o trofeos. Así, hacen condecoraciones, distinciones y diplomas, que las hermandades entregan a sus hermanos de honor o distinguidos por su trabajo. Además, se encargan reproducir el monumento al tamborilero, que la Asociación de Tambores entrega a la pregonera de las tamboradas, y al Tamborilero de Honor 2022.


Este año han introducido la decoración de nazarenos de todas las hermandades, que pintan con todo lujo de detalles, utilizando sus colores y simulando los bordados. De la misma forma, hacen la reproducción del Cristo Amarrado a la Columna, una imagen a la que en Jumilla se le tiene una especial devoción.
A este gran trabajo de nuestros protagonistas se suma el de otros muchos comercios (panaderías, bares y restaurantes, tintorerías, restauradores, artistas… y un largo etcétera que trabajan incansablemente en pro de estas fiestas), así como casas particulares que también están preparando túnicas, cíngulos, capuces, guantes… para que luzcan impecables sus capuruchos en las calles de Jumilla.