El buen tiempo hace que nos animemos con más frecuencia a realizar algún deporte al aire libre: ir a la piscina, a la playa, salir con la bicicleta, etc. Por esta razón, se produce un aumento muy significativo de los traumatismos, especialmente en los niños. En el caso de los niños, hay que tener en cuenta que no es recomendable realizar un implante antes de que se complete su desarrollo bucodental, sobre los 18 ó 20 años.

Durante el verano también se produce un aumento de caries y enfermedades periodontales. Entre las principales causas encontramos el incremento considerable del consumo de bebidas azucaradas y la tendencia más acentuada a ingerir alimentos entre horas o comer fuera de casa. “A menudo, esta ingesta entre horas no va acompañada de la debida limpieza bucodental posterior. Las caries no son una patología de aparición inmediata, por lo que se debe incidir en la educación, especialmente en los más pequeños, para evitar que en el futuro esta falta de cuidados provoque un incremento de su aparición o un empeoramiento de patologías periodontales”, afirman algunos especialistas.

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Durante la etapa vacacional también se produce un aumento de los casos de la sensibilidad dental derivado del consumo de alimentos como helados o bebidas frías.

Aunque indirectamente, el aumento de la temperatura ambiental también repercute en la salud bucodental. El calor, una mayor exposición al sol y el aumento de la actividad deportiva provocan que nuestro organismo pierda agua y tenga que realizar cambios con el fin de mantener la hidratación y concentración de sales adecuada. “El síntoma más importante de la falta de hidratación es la sequedad bucal. Esto puede dar lugar a un incremento de la densidad salivar, lo que provoca la pérdida de parte de sus propiedades lubricantes. Esto es un problema añadido sobre todo en personas de edad avanzada ya que su organismo tiene más dificultades para mantener un correcto equilibrio hidrosalino. Por ello, es muy importante mantener la hidratación y concentración de sales adecuada sobre todo en niños y mayores, con una ingesta regular de agua o bebidas sin azúcar y sin contenido alcohólico así como un consumo habitual de frutas y verduras. Además, en el caso de que se realicen actividades deportivas, es importante que las bebidas tengan un cierto contenido en sodio”, continúan indicando los expertos.

En las vacaciones, los españoles no sólo descuidamos más a menudo nuestra higiene bucodental, sino que además acudimos al dentista con menor frecuencia. Salir del lugar habitual de residencia conlleva que, salvo por motivos de urgencia, no se visite habitualmente al profesional en salud bucodental.

No obstante, es recomendable aprovechar la mayor disponibilidad de tiempo libre para realizar esa revisión para la que a veces en invierno no encontramos tiempo. Esta recomendación es de especial importancia cuando se trata de los niños; al terminar sus clases y antes de marchar a campamentos o a lugares alejados del domicilio, deben revisar su estado bucodental y llevar a cabo los tratamientos que pudieran necesitar.