Vicepresidente del grupo y uno de los principales impulsores de la internacionalización en los últimos años

Rubén García Bastida

En sus manos está ya el legado de un grupo empresarial que hoy se sitúa como la primera bodega en ventas de Europa y cuarta del mundo: García Carrión. Se trata de Luciano García-Carrión y representa la quinta generación de una de las sagas familiares más exitosas del emprendimiento de la Región de Murcia y de España. Origen que luce con orgullo y que destaca en su tarjeta de presentación.

Uno de los principales impulsores de la internacionalización

Es vicepresidente de la empresa y uno de los principales impulsores de la internacionalización del grupo familiar en la última década, donde García Carrión ha duplicado la cifra de países, hasta alcanzar los 156, con los que mantiene comercio regular de productos. De esta forma, tiene presencia comercial en prácticamente todo el mundo, con un destacado avance en nuevos mercados a lo largo de los últimos años.


En este trabajo de expansión, Luciano ha pasado buena parte de su trayectoria profesional, allanando el camino en otros territorios, entrevistándose con colaboradores que ayuden a instaurar las ventas allí donde todavía no han llegado, a imagen y semejanza de lo que ya hiciera su abuelo en los años 70, todo un pionero, cuando comenzó a vender en el oeste de África, en lugares como Nigeria, Ghana o Senegal.
Si hay algo que le frustra en esas conversaciones donde intenta poner en valor los productos de García Carrión es constatar el desconocimiento sobre la capacidad de la industria española del vino. Se sorprende al explicar que el país posee más viñedos que Chile, Australia, Sudáfrica y Argentina juntos, tres de los mercados más reputados en el mundo del vino, lo que a su vez provoca sorpresa en su interlocutor.

Importancia de sus orígenes y a la tierra

La importancia que Luciano da a sus orígenes y a la tierra queda también patente en el hecho de que, cuando trata de explicar a uno de esos potenciales socios de negocio quiénes son los García-Carrión, suele comenzar por contar la historia por el principio: “Les digo que somos 500 años agricultores, que la familia no ha hecho otra cosa generación tras generación desde hace siglos”, comenta.
El grupo, que dirige desde hace más de 40 años su padre, José García-Carrión, y donde su madre Fala Corujo también juega un papel de gran relevancia desde el cargo de vicepresidenta y como ideóloga de algunas de las campañas publicitarias y de marketing más sonadas de la historia de la compañía, cuenta con cerca de un millar de empleados directos.
En la saga familiar, el trabajo duro y la exigencia han sido una constante. Luciano ha crecido bajo el ejemplo de la dedicación incansable de sus padres, en una casa volcada con el negocio, donde el valor del esfuerzo ha ocupado siempre un lugar destacado. Con 21 años, después de acabar la carrera de Derecho, quiso irse a Estados Unidos a cursar un máster en una prestigiosa escuela de vinos, pero, cuando se lo planteó a su padre, José, este le dijo que si quería hacer eso, se lo tendría que sufragar él. Finalmente, Luciano se fue al Reino Unido a perfeccionar el inglés y regresó dos meses después para iniciar un recorrido en la compañía familiar que ya suma 25 años.
Enseguida hace las maletas para recorrer el mundo. “Tienes la presión de que tienes que volver con contenedores, y eso curte mucho, que tienes que reforzar relaciones con los ‘partners’”, explicaba en una charla sobre éxito empresarial organizada por el Banco Sabadell.
De aquellos primeros pasos, Luciano pasó a director de internacional, donde logró hitos históricos, y fue director de ventas.

Pasión por el negocio y capacidad de trabajo

También es un hombre de carácter. En 2017 abandonó por sorpresa la empresa, tras unas desavenencias familiares. Una abrupta salida que ponía en riesgo la continuidad del imperio del vino, los zumos y los productos naturales de la Región, construido por su familia a lo largo de casi siglo y medio, pero solo un año después García Carrión anunció el regreso de Luciano con más galones y responsabilidad bajo el cargo de vicepresidente, como su madre.
Desde entonces, sus responsabilidades no han dejado de crecer, formando parte de las decisiones más relevantes de cara al futuro de la compañía, incluido el fichaje del exconsejero delegado del Banco Santander, Rami Aboukhair, y su fulminante cese solo unos meses después por las desavenencias con la familia en torno a la visión a largo plazo para el futuro del grupo empresarial.
Luciano destila pasión por el negocio y capacidad de trabajo, y asegura que cada día se despierta con la idea de que lo hecho el día anterior se puede mejorar.