“No nos paramos a pensar en el futuro, vivimos el día a día con la familia y los amigos, que es lo que realmente cuenta”

Hoy viernes 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, y lo hace bajo el lema “Contigo damos la cara contra el cáncer”.

Siete Días Jumilla ha querido sumarse a esta conmemoración, recogiendo el testimonio en primera persona, de dos valientes mujeres que fueron diagnosticadas con cáncer de mama, y que desde entonces no han hecho otra cosa que plantarle cara a la enfermedad, luchar contra ella, y dar la cara ante una sociedad, que todavía, aunque es cierto, que cada vez menos, debe dejar de estigmatizar la palabra cáncer, y darle visibilidad a la enfermedad, con información, actitud y conociendo lo que se sufre, y cómo se sufre, desde el principio.

 

El diagnóstico

Marisa Carrión y Loli Gil se consideran guerreras y luchadoras, “porque cuando la vida te pone por delante esto, no hay más remedio que luchar”, sostiene Loli, aunque Marisa señala, “que hay otras situaciones en la vida, que exigen igualmente ser guerreras, pero que escuchar la palabra cáncer, es cómo un click en la cabeza, que te obliga de por sí a la lucha”.

Loli y Marisa son primas y a ambas les diagnosticaron cáncer de mama con dos meses de diferencia; primero fue a Loli, cáncer de mama hormonal, y cuando todavía no se había asimilado la noticia en la familia, llegó el diagnóstico para Marisa, cáncer de mama de tipo inflamatorio.

“Fue un momento muy duro y  de mucho miedo, aseguran, porque nunca piensas que esto te va a pasar a ti, luego lo asimilas, pero vives con incertidumbre y con muchas incógnitas”, comentan casi a la vez.

 

Tratamiento

El tratamiento que siguen no es el mismo, porque a cada paciente se lo prescriben de manera personalizada y en función de su organismo, reaccionan de manera distinta.  Mientras que a Loli apenas le afectan las sesiones y al día siguiente “me pinto los labios y me voy a la calle”, dice, Marisa lo pasa algo peor, ya que le bajan las defensas y ha estado incluso al borde de una transfusión.

 

Secuelas

En lo que sí coinciden las dos, es en señalar que uno de los peores momentos, es el de la caída del pelo, “cuando te rapas la cabeza y te miras al espejo, es ahí cuando realmente tomas conciencia de que estás enferma, y es muy impactante”. Aunque ambas lo han solventado de manera extraordinaria, Loli luciendo unos looks increíbles con sombreros muy estilosos, y Marisa con divertidos pañuelos de distintas formas, colores y estampados.

Loli y Marisa por igual, destacan el “impresionante papel de sus familias, porque para esta enfermedad, matiza Loli, la familia es todo”. Marisa destaca no solo a la familia, sino también a sus amigos y a la actitud, que es importante para todo en la vida, recalcaba,  pero que en este caso, señala, “el cómo  te enfrentes emocionalmente a tu cáncer de mama, será vital también en el tratamiento a seguir y en su desarrollo”. 

“Encerrarte en casa no ayuda nada, lo mejor en la medida de tus posibilidades es salir a la calle cada día”, sostienen;  Loli cuenta que aunque le doliese, cada mañana se levantaba, se pintaba,  se arreglaba y se iba a la calle, y Marisa salía incluso con el drenaje, “que me lo echaba a un bolso y salía a tomar un café con mis amigas”.

Loli y Marisa no se paran a pensar en el futuro, viven el día a día, pero con incertidumbre y  con muchas incógnitas, y a pesar de  ello, afirman que el cáncer de mama que están sufriendo les ha dado más que les ha quitado. Y esa es la actitud.