Editorial

Según un estudio realizado recientemente por una famosa consultora de encuestas, los españoles son muy optimistas con respecto a cómo van a mejorar las cosas en el año 2021. Así, el 46% cree que el nuevo año será mejor que el que acabamos de despedir, frente al 29%, que cree que será peor, y el 23%, que piensa que será igual, calificándolo como “de transición”.

Somos, por tanto, ligeramente más optimistas que la media mundial, cuyo porcentaje se sitúa en el 43%, mientras que los pesimistas están en el 24%. Pero somos bastante más optimistas que la media de los países de la Unión Europea, donde los positivos caen al 35%, con los italianos a la cabeza del pesimismo: solo un 13% de los ciudadanos de Italia creen que el año que viene será mejor que este, seguido de los polacos (15%) y los búlgaros (16%). En la Unión Europea, solo los finlandeses se muestran más optimistas que los españoles (57%)
En relación a la felicidad, un aspecto que influye directamente para afrontar las cosas de forma positiva o negativa, los españoles somos también más felices que nuestros vecinos europeos.
Si nos centramos en la parte de estudio que analiza la economía, aquí la cosa cambia, ya que son mayoría los que vemos el futuro con más nubarrones que claros. La pandemia ha disparado el pesimismo económico en todo el mundo: si bien en términos generales la ciudadanía mundial es optimista para este 2021, el sentimiento no se extiende cuando se pide considerar la economía global.
Ahora solo cabe ser realista pero optimista; positivo pero siempre con los pies en el suelo; solidario y aportado cada uno de nosotros nuestro grano de arena partiendo desde lo más cercano.