En clave de sol by Gustavo López

El pasado fin de semana, al ser el previo a la celebración de la Feria Internacional de Turismo en Madrid, muchos municipios han aprovechado para presentar sus respectivos carteles de Semana Santa de este año. De esta manera, las múltiples opiniones están servidas, ya que en nada, por muy bien que esté, existe la unanimidad. Igualmente, y, por el contrario, si el cartel es feo o malo con avaricia, también habrá gente a la que le guste y lo defienda. En fin, para gustos, los colores, y también los carteles de Semana, que despertarán tantas opiniones como corazones latiendo existan.
Este domingo, la Junta Central de Cofradías y Hermandades de Jumilla desveló lo que cada año sirve para dar el pistoletazo de salida a estas celebraciones: el cartel, que, aunque todavía ni siquiera hemos entrado en Cuaresma, y aun faltan 20 días, la maquinaria semanasantera pide paso cada vez antes.


Como habitualmente viene pasando, la imagen que ilustra el cartel de este año es una fotografía, en este caso realizada con gran maestría por José Poveda y Francisco Javier García, que no lo dudaron ni un momento y se fueron con la Negación de San Pedro hasta Santa Ana para que la foto, lejos de ser un montaje, recogiera el momento lo más fiel posible a la realidad que fue, además de utilizar de luz y exposición que han hecho que parezca que el movimiento se iba a apoderar de la imagen de un momento a otro.
Como decía al principio, opiniones a millones, pero considero que es justo reconocer que el cartel cumple con su cometido principal, que no es otro que anunciar, llamar la atención y convertirse en reclamo y en tarjeta de presentación de lo que está por venir y vivirse, cada uno a su manera y bajo su pensamiento y sentimiento más personal.
De la misma forma, Murcia, Cartagena y Cieza, todas de Interés Turístico Internacional, también tienen su cartel, y solo está a la espera Lorca que organiza un concurso y todavía hay plazo de presentación de obras. Pero como yo también puedo opinar, digo que el de Jumilla, con diferencia, es el mejor cartel de este año, pero eso sí, recuerdo y repito una vez más, que a los actos de este tipo, habría que darles una vuelta, sin ánimo de ofender, pero como gustos hay tantos como personas, un acto así no puede durar dos horas, porque convertimos algo bueno en desesperante y soporífero, olvidando que cuando la gente deja de estar a gusto en un acto, ya nada habrá tenido sentido ni habrá merecido la pena. Lo bueno y breve…