Lo de la carretera del Carche se está convirtiendo en un partido de tenis interminable, (pim); aburrido (pam); y seguramente, perdido (pum),  tras conocer las últimas declaraciones del consejero de Fomento, Pedro Rivera a este periódico, que recomendamos que lean de manera detenida, porque arrojan mucha luz en un túnel muy oscuro, durante ya más de veinte años.

El primer saque lo realizó un viernes la presidenta del Partido Popular, Seve González, acusando a la alcaldesa de falta de interés y preocupación, en un tema que ella misma señalaba “como prioritario por fin para el Gobierno de López Miras”, y donde la primera autoridad solo tenía que gestionar con los afectados la ocupación del suelo.

Juana Guardiola, reaccionó a estas declaraciones martes, señalando que la competencia del arreglo de la carretera del Carche es únicamente regional, pero que aún así, el consejero le solicitó colaboración y ella se puso a su disposición. Le enviaron el listado de afectados, pero no una propuesta “de gran calado y magnitud”, que según la alcaldesa le realizaron y que no sabemos por qué no ha desvelado a los ciudadanos. (La cuenta en la entrevista hoy el consejero de Fomento, página 5).

Por otra parte están los vecinos afectados, que no han recibido información ni por la comunidad, ni de la presidenta popular y senadora, ni por la alcaldesa, y que tan sólo este periódico se ha reunido con ellos para conocer de primera mano, qué saben y cómo se sienten, y se resume en poco, nadie se ha reunido con ellos, no tienen información, no han visto ni el proyecto, ni el trazado, por lo que finalmente, opinan que todo lo que está sucediendo es puro humo y que hay mucha prisa porque se acercan las elecciones. Se sienten muy decepcionados con todos, con unos y con otros, por la falta de lealtad institucional, por la falta de información entre las partes, por la falta de comunicación, y sobre todo, porque un tema tan serio, y que ha dejado muertos en esa carretera, se siga utilizando como arma arrojadiza cada cuatro años, cuando se acercan las elecciones.

Seamos serios, señores, es mejor ponerse una corona entre todos juntos y luchar por el interés general de todo un pueblo, que tener que ir al cementerio, a llevar otra.