Antonio Navarro. Especialista en audífonos.
Centro Auditivo Audiovox
Como comentamos la semana pasada, el ruido tiene efectos muy perjudiciales para la salud, que varían desde trastornos puramente fisiológicos, como la pérdida progresiva de audición, hasta efectos psicológicos, irritación y cansancio, los cuales llegan a provocar alteraciones en la vida cotidiana, tanto en el rendimiento laboral, como en la relación interpersonal: problemas en la comunicación oral, perturbación del sueño, estrés, irritabilidad, cansancio, dolor de cabeza, etc.
La mejor manera de protegerse los oídos es usar siempre protectores auditivos, usando tapones u orejeras especiales cuando se está expuesto a ruidos de fuerte intensidad.
Se debe tener en cuenta si estamos en un sitio muy ruidoso, y necesitamos gritarle a alguien que esté situado a un metro de distancia, para que nos pueda oír, es conveniente el uso de protectores auditivos.
En una hora el trabajador que no utiliza un protector auditivo está expuesto a 1.000 veces más energía sonora que si hubiéramos usado protectores. Podemos decir que el 30% de los trabajadores están expuestos a más de 85 dB 8 horas al día, 5 días a la semana.
La mayor atenuación efectiva no es alcanzada con los protectores con mayor atenuación, pero sí con los protectores con el índice de confort más elevado, y consecuentemente utilizados durante mayor período de tiempo.
A la hora de elegir un protector auditivo debemos tener en cuenta:
- Un protector auditivo, por potente y/o económico que sea, no es adecuado para todo tipo de ambiente ruidoso. A diferente nivel y frecuencia de ruido, es necesario diferente tipo de protección auditiva.
- Algunos tipos de protectores auditivos suelen aislar completamente el entorno, lo cual dificulta seriamente la comunicación sobre todo en situaciones de peligro,
- Muchos tapones distorsionan los sonidos importantes haciéndolos casi incomprensibles, sobre todo en las frecuencias de la conversación. Con la incorporación de un filtro adecuado en el protector auditivo, se puede conseguir a la vez una reducción eficaz de la distorsión, y una adaptación de la protección auditiva adecuada para el tipo de ruido del puesto laboral.
La protección debe ser adecuada, no sobredimensionada, y adaptada a cada puesto de trabajo. Las últimas tendencias en protección laboral se encaminan hacia la individualización de los equipos de seguridad.