Odontólogo Colegiado nº 797
Muchas veces los pacientes toman la salud oral como algo separado o distinto a la salud del resto del cuerpo. Veamos algunos ejemplos de que no tener salud oral puede significar no tener salud en general.
Sobre dolores de cabeza, el origen más común de estos dolores de cabeza musculares es por causa del bruxismo, o el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin propósitos funcionales. Esto ocurre, generalmente, de noche y provoca una tensión acumulativa en los músculos de masticación. Existen tres músculos principales adicionales que cuando entran en espasmo crónico son los responsables de esos dolores de cabeza o de tensión tan molestos y que provocan que otros músculos se unan como los del cuello y espalda alta.
La diabetes tiene una relación de dos vías con la salud oral. La enfermedad de las encías (periodontitis) tiene un componente inflamatorio e infeccioso significativo, y como generalmente es un problema crónico, afecta adversamente en el control metabólico de la diabetes.
A los pacientes diabéticos se les recomienda siempre que eviten desarrollar infecciones, y muchas veces se olvidan que la periodontitis es un problema infeccioso. Luego viene a ser un problema dual, porque el paciente con diabetes tiene más riesgo de desarrollar problemas de las encías si no la ha tenido y viceversa, cuando ya tiene infección de las encías complica el cuadro de la diabetes.
Ya van dos décadas de investigación donde se ha establecido que hay un vínculo entre la enfermedad periodontal y enfermedad cardiovascular. Es interesante que los estudios indican que las infecciones de encía son bien frecuentes en pacientes con enfermedad cardiovascular. Sin embargo, la evidencia que se va acumulando lo que apunta es que sí hay una relación estrecha de ambas enfermedades, e incluso aquellos pacientes que mantienen su salud oral tienen menos problemas cardíacos.
Aunque no podemos decir con certeza que recomendar tratamientos periodontales con el solo propósito de prevenir la enfermedad cardiovascular, si el hecho de que un paciente mantenga un cuidado preventivo de su salud oral redunda en que se motive a tener un cuidado preventivo de su salud en general y atienda problemas a tiempo, antes que se pongan graves. El sistema digestivo empieza en la boca. Y gente que padece de problemas de reflujo gástrico y tiene problemas dentales no ve la relación, que es bastante lógica. Si nuestro mecanismo de masticación está defectuoso, ya sea por falta de dientes, por dolor al masticar causado por problemas en las encías o de mala relación de la mordida, por dientes rotos a causa de caries, o todo a la vez, resulta obvio que la comida no va a ser procesada correctamente antes de enviarla al estómago.
El proceso de masticación involucra triturar bien los alimentos y mezclarlos con la saliva que contiene enzimas que empiezan a digerir la comida para luego continuar la digestión en el estómago. Si la comida no se mastica y procesa bien en la boca, el estómago pasa trabajo doble y, por tanto, la comida permanece más tiempo en él, en lo que puede ser pasada al intestino. Esto provoca que se forme más ácido del normal y, al estar tanto tiempo en el estómago, comienza el problema del reflujo ácido.
Los problemas orales durante el embarazo pueden estar asociados a complicaciones en el embarazo tales como nacimientos prematuros, preeclampsia y bajo peso.
Al igual que en la diabetes, el embarazo produce alteración en los niveles de estrógeno y progesterona, lo que hace que las encías reaccionen exageradamente a la placa dental bacteriana, y de paso entonces a desarrollar problemas de encías que se quedan con la paciente aún luego que de a luz. Así que la buena higiene oral y el cuidado preventivo nuevamente redunda en salud para la madre y bebé durante el embarazo.