Editorial
Hoy es San Juan, y por tanto, como manda la tradición, anoche fue especial, además de ser la más corta del año y que inicia el solsticio de verano, aunque en realidad, haya empezado el 21 de junio.
En muchos puntos de España, esta fecha va fuertemente ligada al fuego, donde se hacen hogueras para quemar todo lo viejo que nos rodea, algo que simboliza apartar de nosotros los malos augurios. Así empezó esta fiesta de forma un tanto pagana pero que se une al cristianismo y al santo en la fecha en la que la Biblia refleja su nacimiento. De hecho, San Juan es una de las pocas festividades que coinciden con el nacimiento del patrón, ya que la mayoría concuerdan con el día de su muerte.
En Jumilla, estas celebraciones no tienen este significado. El fuego y la pirotecnia no va tanto con nosotros como con los valencianos, donde las Fogueres son para Alicante como las Fallas para Valencia. Sin embargo aquí San Juan se circunscribe al barrio que lo lleva como nombre y como patrón, y después de que el año pasado, como tantas y tantas cosas, pasara en blanco, de nuevo esta edición ha vuelto con un programa de actividades aunque sea de forma tímida.
El 24 de junio marca el inicio oficial del verano y si siempre se espera con las manos abiertas, en esta ocasión mucho más, ya que hay muchas esperanzas puestas en los próximos tres meses, donde la vacunación tiene que completarse al menos hasta el total de la población mayor de 20 años. Igualmente, la economía de nuestro país, basa más de la mitad de su Producto Interior Bruto en esta época del año.
Con la esperanza de llegar al final de esta estación en mejores condiciones de cómo la empezamos.