El presidente del Consejo Regulador de la DOP Jumilla ha concedido una entrevista a La Verdad

Además, analiza la situación del sector, la última campaña, la caída de la producción, el futuro de las bodegas, la sequía, el arranque de viñedos o las medidas que se deben adoptar a nivel local y regional

Mari Carmen Cañete Vera

El presidente del Consejo Regulador de la DOP Jumilla, Silvano García, ha concedido una extensa entrevista al diario regional La Verdad. García asegura que “más temor que los aranceles de Trump, nos dan las corrientes antialcohol”. Además, García analiza la situación del sector, la última campaña, la caída de la producción, el futuro de las bodegas, el arranque de viñedos o las medidas que se deben adoptar a nivel local y regional, entre otros temas.

Campaña y caída producción

Así, preguntado por la última campaña donde la producción de uva ha caído, el presidente recuerda que “llevamos tres años de sequía severa que está poniendo al límite a nuestros viñedos, principalmente a los de secano, mayoría en nuestra comarca. Y si estas viñas se secan y mueren por falta de lluvias, ¿cómo vamos a frenar la desertización en un territorio tan árido como el nuestro? Por tanto, el futuro debe ser apostar y proteger el viñedo en Jumilla, respetuoso con el entorno y que es el motor socioeconómico de una larga cadena de valor que va desde la agricultura, las bodegas, las tiendas y restaurantes, el enoturismo, incluso museos y fiestas locales, dando empleo a muchas personas”.
En cuanto a cómo combatir la caída de producción, García afirma que “en Jumilla pedimos ‘Agua para sobrevivir’. Necesitamos riego de socorro para nuestras viñas, y también almendros y olivos de secano. Necesitamos una planificación y ordenación del territorio y de sus recursos. No queremos que un territorio con tanta historia vitivinícola se convierta en una zona desértica”.
Preguntado por si corre peligro de desaparición algunas bodegas, asegura que “todavía tenemos alguna bodega que vive de su músculo productivo, sin tener un mercado bien desarrollado. Las bodegas que no hayan previsto esta situación límite, que no estén saneadas, y que no tengan un plan estratégico de negocio, sufrirán. No tanto por la caída de producción, sino por la falta de viabilidad y mercado histórico. Aunque Jumilla cuenta con un gran capital humano con muchas ganas de seguir luchando en los mercados”.


Sobre el arranque de viñedos, García cree que “más que una solución es una consecuencia. Cuando el viñedo muere o no da apenas un racimo, no queda otra que arrancarlo. Es comprensible que el agricultor no vea otra salida, y habrá que arrancar viña. Pero cuidado, no cometamos el error irreversible de perder todo nuestro patrimonio histórico y de biodiversidad que es el viñedo tradicional de secano, nuestra Monastrell. Eso la Administración no puede permitirlo”.
Para el presidente del CRDOP las medidas pasan “urgentemente por permitir el riego de socorro. Las administraciones competentes se tienen que sentar, la administración regional, junto con el Gobierno de España y la Confederación Hidrográfica del Segura, y poner soluciones sobre la mesa. En lugares como Cataluña o Andalucía, también muy afectadas por la sequía, ya hablan de pequeños trasvases, de pozos de sequía, de aprovechamiento de aguas depuradas”

Muchos retos en el camino

Preguntado por los posibles aranceles de la administración Trump al vino español, García afirma que “tenemos bastantes retos en el camino como para especular. Pase lo que pase, buscaremos la forma de salir adelante, porque este sector es tan resiliente como la uva que representamos, la monastrell. Jumilla siempre será una inversión y un producto de confianza, y nuestros clientes y consumidores en Estados Unidos también confían en nosotros desde hace muchos años. Más temor nos dan las corrientes antialcohol, donde se incluye al vino como si fuera un destilado vacío de cualquier bondad sobre la salud, sin distinción sobre el consumo moderado o abuso”. Por último, se muestra rotundo al afirmar que “Jumilla tiene el reconocimiento del consumidor en todo el mundo, y cada vez más, por parte de la crítica y la alta sumillería. Hay que beber más vino, porque acerca a las personas y nos hace disfrutar de la vida”.