En clave de sol by Gustavo López
Los jumillanos ponen de manifiesto su solidaridad cada vez que tienen oportunidad, y lo hacen de forma decidida. A lo largo de todo el año, no descubro nada si digo que nos mostramos dispuestos a ayudar a quienes más lo necesitan, pero especialmente en la Navidad, esto es algo que se intensifica. Sin embargo, es fundamental que reflexionemos sobre algo importante: la solidaridad no debe ser un fenómeno que aparezca solo en la época navideña, sino que debe ser un compromiso continuo, que esté presente los 365 días del año.
Ahora es normal encontrarnos con recogidas de alimentos, juguetes, ropa, y otras campañas de ayuda a los más necesitados. Sin embargo, tras la Navidad, muchos de estos esfuerzos se desvanecen. La pregunta que surge entonces es: ¿Por qué la solidaridad se ve solo como un impulso temporal, en lugar de como un compromiso permanente?
Cáritas y Cruz Roja son dos organizaciones que se encargan de atender a las personas más necesitadas en nuestra localidad, siendo un claro reflejo de esta realidad. Cada vez son más las familias que recurren a estas instituciones, buscando apoyo para cubrir necesidades básicas como alimentos, ropa, medicamentos o poder pagar la luz, el agua, el gas o el alquiler. Aunque el número de voluntarios y donaciones aumenta en Navidad, las demandas siguen siendo altas durante todo el año. Los problemas no desaparecen con la llegada de enero. Al contrario, a menudo se hacen más evidentes después de las fiestas, cuando las ayudas disminuyen y las personas que han tenido que recurrir a la caridad durante las festividades continúan luchando por mantener su dignidad y bienestar.
La solidaridad, o ayuda a los demás, por tanto, debe ser entendida como un compromiso inquebrantable que no tiene fecha de caducidad. Cada uno de nosotros deberíamos de tener más presente la necesidad de ayudar, lo que sin duda contribuiría a lograr una sociedad más justa, inclusiva y humana. Este es el reto que debemos asumir: Que el espíritu de la Navidad, ese que nos invita a pensar en el otro y a tender la mano, sea una actitud que perdure durante todo el año 2025. Este podría ser un buen deseo, creo que al alcance de todos los que tienen en su mano la posibilidad de echar un cable.