Más de ocho meses después el FC Jumilla ganó en casa al Badajoz (1-0)

Desde el 26 de febrero, con la visita a La Hoya del Córdoba B, la afición jumillana no veía ganar a los suyos. Más de ocho meses después ayer se rompió el gafe, y los tres puntos se quedaron en la ciudad vinícola tras imponerse a un rival directo como el Badajoz, gracias al único tanto del encuentro, anotado por Neftalí.

Los de Pato empezaron muy activos por bandas, pero las primeras ocasiones fueron para los visitantes. Mandaluniz tuvo que hacerse grande para tapar todos los huecos a Álex Rubio, que se quedó solo frente al guardameta local; y después fue el ariete pacense, Juanma, el que se sacó un disparo cruzado que salió desviado por poco.

Pero las tornas iban a cambiar, y el Jumilla mostró su faceta más ofensiva, sobre todo con las entradas por banda de un Txomin Barcina que, con el paso de las jornadas, va ganando en confianza. El extremo riojano empezó jugando por la izquierda, y en la primera de sus internadas sacó un centro al segundo palo que fue rematado por Chupe, cuyo cabezazo obligó a Fernando a realizar una gran intervención. El rechace lo cazó Caye Quintana en el punto de penalti, y fue un jugador pacense el que sacó el balón bajo palos, mientras los futbolistas locales exigían mano al colegiado.

Jugaba mejor el Jumilla, llevando el peso del partido, y de nuevo Txomin, en este caso por la derecha, buscó su hueco para sacarse un zapatazo que exigió lo mejor del arquero del Badajoz, que con una gran estirada llegó hasta la escuadra para despejar a córner. Andrés Sánchez fue el encargado de lanzar el saque de esquina, encontrando a Neftalí que, en plancha, logró rematar al segundo palo para perforar la red contraria y poner justicia en el marcador.

Poco antes del descanso el conjunto jumillano tuvo otra muy clara. Txomin se metió hasta la cocina, cediendo finalmente a Caye Quintana para que su remate acabara estrellándose contra el larguero.

Mucha acción pudieron presenciar los aficionados de La Hoya antes del descanso, pero todo iba a cambiar tras el paso por vestuarios. Y es que el segundo periodo apenas dejaría ocasiones de peligro, con un Jumilla ahora más centrado en defender y buscar las contras, y con un Badajoz que trataba de robar en posiciones avanzadas presionando a la defensa, pero sin lograr sacar ningún rédito de ello.

Solo la estrechez del resultado inquietaba a los vinícolas, porque Mandaluniz no se vio exigido en el segundo periodo. El Jumilla supo dormir el partido que, aunque se desarrollaba en su campo, permaneció controlado en todo momento.

EL REGRESO DE TITI

Pato le dio a Titi los últimos cinco minutos del partido, y su salida al campo dio alas al equipo en esos últimos lances. El delantero de Los Dolores volvía a jugar en La Hoya ocho meses después de su lesión, y estuvo a punto de hacer gol en el primer balón que tocó, que se fue alto por muy poco. Ganaron metros los vinícolas, alejaron el balón de su portería, y no sufrieron hasta el pitido del colegiado, que oficializaba la primera victoria de la temporada para el Jumilla en su feudo.

Los dos próximos rivales son de esos que se pueden calificar como “apetecibles” para el Jumilla, ya que viajará la próxima semana hasta Sevilla para enfrentarse al Betis B y en la siguiente recibirá en casa al Lorca. Sin embargo, Pato reconoció que está más que demostrado en esta categoría que no hay partido fácil, “por lo que habrá que salir a darlo todo”, advirtió el entrenador del FC Jumilla.

 

FC JUMILLA: Mandaluniz, Julián Domínguez, Neftalí, Catalá, Andrés Sánchez (Robles, 58’), Borja García (Manolo, 69’), Chupe, Fran Moreno, Caye (Titi, 87’), Txomin y Chaco.

CD BADAJOZ: Fernando, Salazar (Álvaro Romero, 58’), Álex Herrera, Manu Torres, Jesús Muñoz, Rafa García, Joaquín Flores, Sergio (José Ángel, 46’), Juanma, Álex Rubio (Rubén, 73’), y Ruano.

GOLES: 1-0, Neftalí (25’).

ÁRBITRO: Escriche Guzmán, Sergio. Amarillas a los locales Borja García y Manolo; y a los visitantes Salazar, Álex Herrera y José Ángel.

ESTADIO: Municipal La Hoya, ante 500 espectadores en una mañana primaveral, donde solo el viento se tornó como nota negativa meteorológicamente hablando.