Ya lo pueden decir bien alto. Montesinos CFS se encuentra entre las ocho primeras plantillas de la mejor liga del mundo, y se ha ganado a pulso el derecho a disputar los cuartos de final por el título a nada menos que el FC Barcelona Alusport.

El objetivo de principio de temporada de evitar el descenso se le ha quedado pequeño a un equipo que debutaba este año en Primera División, tras el ascenso conseguido en la pasada campaña. No se conformaron los vinícolas con clasificarse para disputar la Copa de España, y han superado todas las expectativas generadas al comienzo de la campaña al conseguir meterse en las eliminatorias por el título de liga. Lo hizo tras vencer en casa al Ríos Renovables por dos goles a uno, en un partido en el que ganando, el conjunto quesero se aseguraba su presencia en el play off.

Y no defraudó. Un pabellón Carlos García a reventar recibió a los pupilos de Gea, conscientes de lo que estaba en juego. Fue una primera parte bastante disputada en la que los queseros trataban de llevar el peso del partido, sin conseguir anotar, y convirtiendo a Molina en el mejor jugador del conjunto visitante. Los contraataques del Ríos Renovables se sucedían, y muy pronto obtendrían rédito de ello, al anotar Palmas el 0-1 en el minuto seis de partido. No conseguirían poner en muchos más aprietos a Yeray hasta el ecuador del encuentro. Los constantes intentos locales por perforar la red rival se vieron recompensados cuando cerca de la conclusión de la primera parte Pizarro remató al fondo de las mallas un balón de Josiko.

En la segunda mitad el dominio blanquiazul se acrecentó, debido en gran parte a la mayor amplitud del banquillo local, buscando el segundo gol que les pusiera por delante en el marcador y no depender así de resultados de terceros. Los jugadores de Montesinos decidieron no especular y lo intentaron sin descanso durante el segundo periodo, mientras los tanteadores del resto de partidos se susurraban entre bambalinas. Fue Suazo el que, tras pegar en el palo, anotó el segundo y definitivo gol en los últimos compases del duelo, y que derivó en una locura generalizada en la que la fusión de plantilla y afición hacía retumbar los cimientos del pabellón.

Dos minutos más de tensión tuvieron que soportar los aficionados que se dieron cita en el choque, y que tras el pitido final del colegiado pudieron celebrar, ya por fin, lo que a buen seguro dentro de unos años será reconocido como la mayor gesta deportiva de este equipo que, lo ha vuelto a demostrar, no conoce de límites.

La retirada de los árbitros dio paso a un sinfin de momentos en los que la emoción y el entusiasmo se sucedían sobre la cancha, mientras la afición despedía con orgullo a los hombres encargados de escribir con letras de oro lo que hasta la fecha se ha convertido en la página más gloriosa de la historia de este club.