En clave de sol by Gustavo López
Escuchaba hace unos días en un programa en la tele por la mañana, a uno de los damnificados por la Dana que lo ha perdido todo, decir que “la vida ya nunca volverá a ser igual”. Y efectivamente, en esa pequeña frase, sencilla y concisa, se encierra la pura realidad y se resume a la perfección lo que esta tragedia ha provocado, que ha sido de unas dimensiones difíciles de imaginar y que es capaz de saludar por la mañana a un familiar y ya no volverlo a ver, o de tenerlo todo y ser feliz con los tuyos en tu casa, y en tan solo unos pocos minutos, quedarte sin nada, si siquiera lo más básico.
Sin duda, es una de esas situaciones que por nadie pase, y que en el caso de tener que enfrentarnos a algo parecido, personalmente no sé cómo podría llegar a actuar, ya que la frustración se puede llegar a apoderar de cualquiera y este tipo de cosas desbordan sin piedad y no hay nadie que pueda estar preparado ante semejante barbarie.
Por eso, a pesar de todo, de lo increíble de la tragedia, no hay que olvidar que ahora solo hay un camino, que es el de la unidad, con un objetivo claro, pasar página cuanto antes y poder retomar la normalidad, dentro de lo que cabe, lo antes posible. De ahí que la violencia no tiene sitio, no conduce a nada y beneficia a nadie, más bien perjudica y mucho.
La violencia nunca es justificable, y los actos de agresión reciente a los Reyes de España y al presidente del Gobierno, con lanzamientos de barro, piedras y palos, son condenables desde cualquier perspectiva. Este tipo de cosas son capaces de ensombrecer la solidaridad, los voluntarios, los trabajos de los militares, las empresas que apoyan, las instituciones,… Violencia nunca y a nadie.
En este tipo de situaciones seguro que hay miles de fallos, actuaciones mal planteadas, descoordinación, hechos incomprendidos, pero siempre debe de vencer la lógica por encima de todo, ya que todo se hace siempre con el único objetivo de solucionar la situación y no para empeorarla. Eso es seguro.
Pero dicho esto, los políticos deben de estar a la altura, el Estado tiene que poner todo de su parte para ayudar a familias y empresas, olvidarse por un tiempo de tirarse los trastos a la cabeza, escuchar, actuar y cumplir. Pero cada ciudadano también debe de cumplir con su parte, dejando a un lado las intoxicaciones, las noticias malintencionadas y falsas y todo lo que puede hacernos desviar del objetivo principal. Mucho ánimo, mucha fuerza y cada uno en su lugar. Así será mucho más fácil.