Esto de escribir en las redes sociales y comunicarse a través de los perfiles que tenemos, realmente está muy bien, pero hay que saber utilizarlas correctamente, porque si no, las interpretaciones son muy subjetivas, y cada uno y según quien las lee, lo hace de forma diferente. Estamos seguros de que nos están entendiendo, aunque eso sí, cómo estamos en Jumilla y en el pueblo, todo se excusa y se disculpa, porque era una broma, o estaba de cachondeo. (Según quién lo lea).

Los comentarios y respuestas a las publicaciones que se realizan en los medios de comunicación son muy libres, respetables y siempre ha primado la libertad de expresión, pero ojo, con lo que se dice, porque no solo lo lee el pueblo y tus amiguitos más cercanos, sino que en un medio que cuenta con más de seis mil seguidores a nivel nacional e internacional, una amenaza se interpreta como lo que es, porque nadie detecta en una frase escrita, si se está de broma o de guasa, y si encima, el comentario viene de un representante municipal, pues la cosa adquiere otro cariz.

Entendemos que cada persona es muy dueña de lo que escribe, de cómo lo escribe y dónde lo escribe, pero entendemos también que cada lector, tenga una interpretación diferente de un comentario, porque en él, nadie avisa de si se está de buen rollo, de mal humor, feliz, cabreado o partiéndose la mandíbula.

Queremos decir con esto, que a ver si sabemos cada uno el lugar que ocupamos, lo que representamos en cada momento, que quizás alguno no lo tenga del todo claro, y que en la medida de lo posible, cada uno se dedique a su trabajo, y si le queda mucho tiempo libre, a sus aficiones. Hemos recibido llamadas, mensajes privados y correos, avisándonos de tal amenaza sufrida en las redes, y hemos pensado que la indiferencia sería lo mejor. Cada uno a lo suyo, tú a tu casa, yo a la mía, y Dios en la de todos.