En clave de sol by Gustavo López
Siempre se ha dicho que los extremos no son buenos, aunque también hemos venido escuchando que lo que los ciudadanos deciden en unas elecciones, hay que respetarlo al ser la decisión soberana del pueblo. De esta forma, aun sabiendo que ambas cuestiones son contradictorias, no deja de ser una decisión libre tomada en base precisamente a la libertad individual de cada uno.
Los sondeos ya vaticinaban que la agrupación política Se Acabó la Fiesta, de Alvise Pérez, sería una de las sorpresas de las elecciones europeas 2024, otorgándole hasta un par de los escaños para garantizar su presencia en la eurocámara en la próxima legislatura. Finalmente, han sido tres eurodiputados los que ha conseguido, tras irrumpir con fuerza en campaña y teniendo en cuenta que seguramente muchos de sus votantes ni siquiera han tenido la oportunidad de leerse su programa electoral. En estos días de campaña, las promesas y medidas estrella las ha ido lanzando por las redes sociales, donde el activista y líder de la nueva formación, Luis Alvise Pérez, tiene una legión de seguidores.
Desde hace algo más de cuatro años, ha conseguido reunir una nutrida comunidad de “ardillas”, como él denomina a los suyos, a base de publicar lo que llama “las noticias de verdad” sobre corrupción y otros escándalos. Esto lo ha hecho a pesar de que sus detractores traten de demostrar que muchas de las informaciones que publica no están contrastadas o son exclusivas de otros medios o directamente son bulos, pero sus simpatizantes hacen oídos sordos. Para unos, Alvise es un agitador ultra y un mentiroso; para otros es el nuevo ‘Batman’ de la política.
Sobre sus ideas o programa, lo cierto es que no hay nada publicado, y solo se ha limitado a decir que “vamos a hacer lo que ya hemos dicho”, donde destacan propuestas como combatir la corrupción, la renovación política, modificar la Constitución para implementar trabajos forzados para pederastas y asesinos, buscando un sistema de justicia más severo, la deportación masiva e inmediata de inmigrantes ilegales, un referéndum para renegociar los términos de la relación de España con la Unión Europea, reforzar las políticas de seguridad o una mayor justicia social, donde los ciudadanos tengan acceso a oportunidades equitativas y se protejan los derechos fundamentales de todos los españoles.
Pues con este discurso populista en exceso, ha logrado casi un millón de votos en todo el territorio, de los que muchos son jóvenes.
Pues eso es lo que hay.
Como dice el articulo «seguramente» sus votantes no habrán leído su programa electoral…o «seguramente» si lo han leído. Es algo que no se sabe y por lo tanto no se puede asegurar ni una cosa ni la otra. Es exactamente lo mismo que pasa con el resto de partidos. La mayoría de los votantes desconocen los programas electorales de aquellas formaciones a las que votan, simplemente votan unas siglas a las que por costumbre o ideología siguen sin importar otra cosa mas que eso. O eres una persona que maneja internet y siente la inquietud de buscar y encontrar el programa electoral de cada partido político, o te quedas sin saber las propuestas que hacen. Y da igual si vas a un mitin, porque la mayor del tiempo en los mítines consisten en atacar al adversario político sin ahondar en lo verdaderamente importante que es explicar las propuestas que nos afectan. Todos pecan de lo mismo. Volviendo al tema de Alvise y su discurso populista, que no tiene nada que envidiar al que utilizó Podemos cuando irrumpió en la escena política, al final lo que demuestra es que, en ambos casos, la gente se rinde ante estos discursos por un motivo: «el descontento hacia los políticos que nos dirigen», sean del signo que sean. Mucho se habla de que están surgiendo grupos de ultraderecha, y que la ultraderecha está creciendo a pasos agigantados. Pero la ultraderecha no es un virus que de repente aparece como el Covid-19. Detrás de esa ultraderecha hay miles de personas y habría que preguntarse el por qué todas esas personas se deciden por apoyar a agrupaciones políticas extremas. Los partidos tradicionales, bajo mi punto de vista, tendrían que hacer autocrítica y pensar en lo que pueden estar haciendo mal para que los ciudadanos estén tan descontentos y por ello se vayan a los extremos. Es lo que tenemos, si. Pero ¿Cómo hemos llegado a esto?. Pues muy sencillo: por que la España de la que hablan en el hemiciclo no es la España real. La España real es la que vemos y palpamos los ciudadanos viendo como las cosas no funcionan como deberían funcionar (por ejemplo y con conocimiento de causa, la sanidad, por decir una). Tantas encuestas que se hacen pero pocas se hacen sobre «¿Ha leído usted el programa electoral de los partidos que se presentan?». Creo sin duda de que ganaría el NO. Estoy convencido de que la gran mayoría de los votantes, si acaso se leen los programas, leerán el programa del partido al que siempre han votado como mucho, pero no se interesarán en absoluto de los programas de los demás porque no les interesa aunque lleven mejores propuestas. Como he dicho anteriormente hay gente que tiene acceso a la información a través de internet, pero hay otra que solo recibe la información de lo que ve en los telediarios o periódicos, y si basamos nuestra elección en lo que vemos en los telediarios o periódicos muy mal vamos. Esto es lo que tenemos, si, que Alvise ha obtenido 3 escaños en el parlamento europeo y todos se echan las manos a la cabeza pero recordemos que detrás de esos 3 escaños hay mas de 800.000 personas y si los partidos tradicionales no hacen autocrítica y mejoran aquellos aspectos que nos preocupan y vivimos en primera persona los ciudadanos, ese número de votantes seguirá creciendo. La democracia es eso, y el pueblo está hablando y con ello mandando un mensaje a los partidos tradicionales: o dejan de enfrentarse en una pelea de gallos constante y se ponen a trabajar en serio en solucionar los problemas reales de la gente, o de lo contrario los ciudadanos inevitablemente se irán a uno u otro extremo buscando el alivio a sus problemas del día a día.
Como dice el artículo «seguramente» sus votantes no habrán leído su programa electoral…o «seguramente» si lo han leído. Es algo que no se sabe y por lo tanto no se puede asegurar ni una cosa ni la otra. Es exactamente lo mismo que pasa con el resto de partidos. La mayoría de los votantes desconocen los programas electorales de aquellas formaciones a las que votan, simplemente votan unas siglas a las que por costumbre o ideología siguen sin importar otra cosa más que eso. O eres una persona que maneja internet y siente la inquietud de buscar y encontrar el programa electoral de cada partido político, o te quedas sin saber las propuestas que hacen. Y da igual si vas a un mitin, porque la mayor del tiempo en los mítines consisten en atacar al adversario político sin ahondar en lo verdaderamente importante que es explicar las propuestas que nos afectan. Todos pecan de lo mismo. Volviendo al tema de Alvise y su discurso populista, que no tiene nada que envidiar al que utilizó Podemos cuando irrumpió en la escena política, al final lo que demuestra es que, en ambos casos, la gente se rinde ante estos discursos por un motivo: «el descontento hacia los políticos que nos dirigen», sean del signo que sean. Mucho se habla de que están surgiendo grupos de ultraderecha, y que la ultraderecha está creciendo a pasos agigantados. Pero la ultraderecha no es un virus que de repente aparece como el Covid-19. Detrás de esa ultraderecha hay miles de personas y habría que preguntarse el porqué todas esas personas se deciden por apoyar a agrupaciones políticas extremas. Los partidos tradicionales, bajo mi punto de vista, tendrían que hacer autocrítica y pensar en lo que pueden estar haciendo mal para que los ciudadanos estén tan descontentos y por ello se vayan a los extremos. Es lo que tenemos, si. Pero ¿Cómo hemos llegado a esto?. Pues muy sencillo: porque la España de la que hablan en el hemiciclo no es la España real. La España real es la que vemos y palpamos los ciudadanos viendo como las cosas no funcionan como deberían funcionar (por ejemplo y con conocimiento de causa, la sanidad, por decir una). Tantas encuestas que se hacen pero pocas se hacen sobre «¿Ha leído usted el programa electoral de los partidos que se presentan?». Creo sin duda de que ganaría el NO. Estoy convencido de que la gran mayoría de los votantes, si acaso se leen los programas, leerán el programa del partido al que siempre han votado como mucho, pero no se interesarán en absoluto de los programas de los demás porque no les interesa aunque lleven mejores propuestas. Como he dicho anteriormente hay gente que tiene acceso a la información a través de internet, pero hay otra que solo recibe la información de lo que ve en los telediarios o periódicos, y si basamos nuestra elección en lo que vemos en los telediarios o periódicos muy mal vamos. Esto es lo que tenemos, si, que Alvise ha obtenido 3 escaños en el parlamento europeo y todos se echan las manos a la cabeza pero recordemos que detrás de esos 3 escaños hay más de 800.000 personas y si los partidos tradicionales no hacen autocrítica y mejoran aquellos aspectos que nos preocupan y vivimos en primera persona los ciudadanos, ese número de votantes seguirá creciendo. La democracia es eso, y el pueblo está hablando y con ello mandando un mensaje a los partidos tradicionales: o dejan de enfrentarse en una pelea de gallos constante y se ponen a trabajar en serio en solucionar los problemas reales de la gente, o de lo contrario los ciudadanos inevitablemente se irán hacia los extremos buscando el alivio a sus problemas del día a día y que los políticos, en su burbuja de cristal, no sufren.