El Ministerio de Sanidad ha lanzado el Plan Nacional de Acciones Preventivas que seguirá en vigor hasta septiembre
El Altiplano sufre una ola de calor llegando en Jumilla a los 40ºC que suponen el nivel 2 de alerta naranja para Jumilla
Esther Simón Muñoz
Estos últimos días se han producido altas temperaturas en Jumilla, tanto, que las alertas sanitarias se llegaron a elevar a nivel dos, tras haber alcanzado los 40 ºC en el Altiplano.
En cuanto a los niveles de riesgo, existen cuatro tipos: nivel 0 (verde) o de ausencia de riesgo, nivel 1 (amarillo), riesgo bajo, nivel 2 (naranja), riesgo medio, y nivel 3 (rojo), riesgo alto.
Ante esta situación, cualquier precaución es poca para evitar males mayores, incluso, como ha ocurrido en alguna ocasión, muertes por golpes de calor. Jumilla se caracteriza por trabajar en el sector primario, lo que quiere decir que a diario cientos de obreros y agricultores se exponen a sufrir las consecuencias del calor, al trabajar al aire libre, al igual que ocurre con otras profesiones, como los albañiles en la construcción, que también se desarrollan a la intemperie.
El Ministerio de Sanidad ha lanzado el Plan Nacional de Acciones Preventivas, que estará en vigor hasta septiembre, y una de las recomendaciones qu contempla es la reducción de la jornada laboral en aquellos sectores expuestos a estas altas temperaturas.
Objetivo del plan
El objetivo del plan es prevenir y mitigar los efectos negativos que el exceso de calor puede tener sobre la salud de los ciudadanos, en especial, en los grupos más vulnerables: personas mayores, mujeres gestantes, menores, enfermos crónicos o colectivos que desarrollan su trabajo al aire libre.
Las previsiones indican un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor como consecuencia del cambio climático. Por ello, el Ministerio de Sanidad y la Agencia Estatal de Meteorología, con las aportaciones de las comunidades autónomas, han elaborado un decálogo de recomendaciones para proteger a la población de los daños por exceso de temperaturas que, aunque se repiten todos los años, nunca está de más recordarlas, cuando se trata de salud.
Decálogo de recomendaciones
Para empezar, se debe estar hidratado constantemente y aunque tenga sed, hay que evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas. Hay que prestar especial atención a las personas mayores con enfermedades que puedan agravarse con el calor, como las cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer o demencia.
También se recomienda permanecer en lugares frescos, a la sombra o climatizados, reducir la actividad física y evitar la práctica de deportes al aire libre en las horas centrales del día. Además, se debe usar ropa ligera y que deje transpirar y nunca hay que dejar a una persona en un vehículo estacionado y cerrado. Por último, se incide en comer ligero y reducir los alimentos ricos en grasas.
Se recuerda que los efectos negativos de la exposición prolongada al sol son acumulativos. Alguno de estos son quemaduras, insolaciones, afecciones oculares, alteraciones del sistema inmunitario o envejecimiento cutáneo prematuro. Además, ha aumentado el cáncer de piel en los últimos años, por lo que se debe evitar tomar el sol en las horas centrales del día y las exposiciones prolongadas. Hay que cubrir la cabeza con sombreros o gorras, usar gafas de sol homologadas y sobre todo, precaución si se toman medicamentos, ya que aumentan la sensibilidad cutánea a la radiación ultravioleta.
Para deportistas
Al realizar ejercicio físico con frecuencia, se pueden sufrir calambres en el abdomen, los brazos y las piernas. Para combatirlo, se recomienda parar toda la actividad y descansar en un sitio fresco, beber agua, zumos ligeros y bebidas deportivas diluidas en agua, así como consultar al médico si los calambres duran más de una hora.
Si por el contrario, los síntomas sufridos son dolor de cabeza, naúseas, mareo, vómitos, cansancio o sudoración, se encuentra ante un agotamiento por calor y será preciso que se beba agua a sorbos, que permanezca en un lugar fresco con la ropa aflojada y se apliquen paños húmedos o se bañe con agua fría.
La diferencia entre una insolación y un golpe de calor es que la insolación se produce por una exposición prolongada al sol acompañada de altas temperaturas, mientras que el golpe de calor va ligado a un aumento de la temperatura y no tiene por qué darse al tomar el sol. Los síntomas de ambos son: fiebre mayor a 40 grados, piel caliente y enrojecida, respiración y pulso acelerado y fuerte, no tiene por qué haber sudoración. Es necesario llamar inmediatamente al 112 con urgencia.