Artículo de opinión.
Beatriz Barberá. Delegada del Sindicato Médico Región de Murcia
La única cosa buena que trajo la pandemia a la sanidad del Altiplano, fue que se contrataran los suficientes facultativos para dotar al servicio de urgencias hospitalarias de una plantilla acorde con las necesidades reales y actualizadas del área. Y después de mucho luchar por ello, pasamos de trece, a quince y por fin, a dieciocho médicos para atender con tiempo y calidad a los usuarios de Yecla y Jumilla.
Y así hemos pasado los últimos años en nuestra puerta de urgencias. Pero por lo visto, este año 2024, las poblaciones del Altiplano se han portado muy mal. Y los médicos de urgencias tampoco han debido de ser muy buenos cuando Papa Noel les ha traído un regalo peor que el carbón que dejan los reyes Magos.
Ya han empezado las rebajas en nuestra sanidad. Y doblemente hemos sido castigados. En primer lugar, nos han rebajado la calidad en la asistencia sanitaria del servicio de urgencias hospitalarias, pues después de estar atendidos en los últimos años por dieciocho facultativos, a partir del uno de enero, solo contaran con quince médicos. Eso supondrá más tiempo de espera en urgencias, personal más saturado y, por ende, más riesgos para el paciente, pues los médicos, recordémoslo, también somos humanos.
En segundo lugar, vemos cómo han rebajado los derechos de los trabajadores, pues fue el 26 de diciembre cuando se han enterado (y no por el Servicio Murciano de Salud), que tres de ellos perderían el trabajo. Durante todo el mes de diciembre el servicio ha organizado el trabajo de estas fechas tan señaladas, contando con dieciocho facultativos; se han repartido los días libres que aún les debe la administración y han hecho planes con sus familias (recordemos que los médicos tienen padres, hijos, amigos…y que también gustan de disfrutar estas fechas con ellos.) Y en ningún momento, la administración les ha dicho que se suprimían esos tres contratos.
Ante estos hechos, me surgen muchas preguntas. Quizá, la principal sea ¿por qué si un servicio lleva varios años funcionando con dieciocho médicos, de un día para otro, sólo necesita quince para poder dar los mismos servicios a la población? ¿Habrá encontrado el Servicio Murciano de Salud alguna fórmula mágica para que los habitantes del Altiplano dejen de enfermar? ¿O para que los médicos sean máquinas incansables en lugar de humanos?
Y en cuestiones más terrenales: ¿los médicos no son trabajadores como todos los demás,
con derecho a la conciliación, con derecho al descanso, con derecho al respeto como trabajador? ¿O quizá es un colectivo al que se le pueda ningunear, y decirle que sí, que trabajara, para cuatro días antes de finalizar sus contratos, enterarse de que eso no iba a ser verdad?
Sea como fuere, la realidad ya está aquí: tres médicos dejaran de trabajar en el Hospital de Yecla el 31 de diciembre, pero se los llevan a trabajar a otros hospitales de la región. Da igual que en el Altiplano necesiten a esos facultativos para atender a la población; da igual que el servicio lleve varios años funcionando con dieciocho médicos; da igual…porque solo importa que los números cuadren, aunque la asistencia sanitaria no.
Mal regalo nos traen estas navidades. Unas rebajas adelantadas que no hemos ido a buscar y que no queremos aceptar.