Durante estos días, me estoy encontrando en redes sociales, en artículos de opinión de prensa e incluso en medios de comunicación nacionales, muchos comentarios negativos hacia esas nuevas costumbres de disfrazar a los niños en Halloween para pasar un rato divertido y comer alguna que otra chuchería extra.
Parece que a unos les molesta la importación de costumbres ajenas, mientras que en otros casos, la preocupación llega por la sustitución de nuestras cosas. Muchos simplemente no ven la gracia al invento, algunos directamente desarrollan hacia Halloween el mismo comentario negativo que pueden manifestar hacia otras fiestas como la Navidad o la propia Semana Santa, una especie de rechazo que demuestra una vez más que para gustos los colores, pero que en este caso, es innegable que la tradición de la noche de Halloween ha llegado con fuerza y con ganas de quedarse.
Muchas veces nos complicamos demasiado la vida y solemos pararnos en cosas que no tienen ninguna importancia o que al menos no le hacen mal a nadie.
Efectivamente, los que ahora tienen ya una edad, nunca celebraron Halloween ni nada por estilo cuando eran niños, al igual que su forma de divertirse tampoco tiene nada que ver con la actual. Hasta hace unos pocos años, nadie sabía qué era un botellón, tan de actualidad en estos tiempos.
Debe de dar igual el origen de la fiesta ya que no deja de ser una buena excusa en noviembre para que nuestros niños, y los no tan niños, si les apetece, se disfracen y jueguen.
Como todo en la vida, habrá gente a favor y gente en contra, pero seguro que ni a uno ni a otros, les hace daño que la gente se reúna en una bodega, con esta excusa, a disfrutar de la compañía de amigos. O que las cafeterías y bares se reinventen entorno a Halloween. O que los colegios, en su nueva condición bilingüe, promocionen actividades con esta temática como protagonista.
En fin, que hay que vivir y dejar vivir, y celebrarlo todo, Halloween, Todos los Santos, Navidad, Semana Santa, la Feria del pueblo, Carnaval, San Fermín y sobre todo, tú cumpleaños.