Cayetano Herrero González
Director del Museo Municipal de Ciencias de la Naturaleza y Etnografía
Nuestro entorno no tenía nada que ver con la época actual. Nuestro clima era mucho más cálido y húmedo, la vegetación que cubría nuestras tierras era exuberante, ríos y lagos eran frecuentes en nuestro territorio. En esos mismos momentos alguna de nuestras montañas emergían de la superficie terrestre y en lo que hoy conocemos como la Celia, un volcán lanzaba lava y bombas volcánicas a su alrededor, esas rocas recibirían el nombre de jumillita.
En este ambiente casi idílico, nuestro entorno estaba poblado por pequeños y grandes animales exóticos, hoy día, para nosotros provenientes de continentes cercanos, unos de Asia y otros de África.
El mar Mediterráneo se encontraba casi seco, al hallarse cerrado el Estrecho de Gibraltar y no poder pasar agua del Océano Atlántico al Mediterráneo, pues este nuestro Mare Nostrum, no es capaz de subsistir sin la aportación de agua que nos llega desde el Atlántico.
De esa época tenemos detectados en nuestro término municipal cuatro yacimientos, con los que nos podemos hacer una imagen de lo que eran nuestras tierras hace 6 millones de años y que vamos a describir a continuación, teniendo como base que nuestro término estaba salpicado de pequeñas zonas lacustres y algún que otro río, como hemos dicho anteriormente.
El actual paraje de la Hoya de la Sima fue un pequeño lago de agua salada al que acudían animales como los camellos y antílopes, que bebían de aquella agua, mientras que otros como el hiparión pasaban por ahí buscando comida, no exentos de riesgo pues existían depredadores que iban a cazar, como el oso o el tigre dientes de sable. Actualmente es un yacimiento paleontológico de icnitas, conocido en todo el mundo, del que ha recibido visitas de geólogos australianos, rusos, estadounidenses, brasileños, franceses, alemanes, ingleses, etc.
A unos pocos kilómetros de allí se encuentra la Sierra de Las Cabras, originariamente formado por un extenso lago, al que acudían grullas, jabalíes, rinocerontes, tragoportax y también osos y tigres. Muy cerca de allí, junto al volcán de la Celia, en lo que conocemos como el paraje de los Barrancones y en las orillas de aquella zona lacustre también tenemos un excelente registro fósil con presencia de tortugas gigantes, galápagos o de un pequeño carnívoro conocido como amphicyon, animal extinguido del tamaño de un lobo, también contamos con la presencia de mastodontes.
Justo al lado surgía el volcán de la Celia con varios pequeños cráteres que expulsaban el magma de su interior y algunas bombas volcánicas, que todavía podemos ver “in situ”. Aquello dio lugar a la formación de un paraje único en el día de hoy, con la formación de esas rocas lamproíticas como la jumillita y la aparición con ellas de los apatitos en su variedad de esparraguina, tan apreciados por los coleccionistas de todo el mundo.
Esto hace que nuestro término municipal se haya convertido en uno de los mejores registros fósiles de huellas del Mioceno terminal de toda Europa y Asia, donde podemos recrear antiguos lagos, bosques, ríos, praderas y grandes animales actualmente extinguidos, con mención especial al Paracamelichnum Jumillesis, que se publicó como una especie nueva de camello, que pasea el nombre de Jumilla por todo el mundo. Aquella publicación tuvo resonancia mundial pues se hicieron eco del hallazgo de sus icnitas en más de ciento cincuenta países, con especial interés en los países del norte de África, donde resultaba raro que allí donde viven actualmente la mayor parte de los camellos del mundo, hace 6 millones de años vivieran en Jumilla y además como una especie nueva.
Ahora que estamos próximos a la celebración de la festividad de los Reyes Magos se pone de moda nuestro camello, del que desde hace unos meses tenemos una réplica en nuestro Museo Municipal de Ciencias de la Naturaleza. Nuestros yacimientos están declarados Bien de Interés Cultural, mientras que estamos incoando expediente para la declaración de Monumento Natural a las Minas de El Carmen en la Celia.
Que los yacimientos paleontológicos están protegidos por la ley de patrimonio y por tanto no podemos esquilmar nuestros yacimientos, ni nosotros ni el rosario de aficionados y comerciantes sin escrúpulos que vienen de fuera y se llevan nuestra heredad, algo que nos pertenece a todos, por lo tanto todos tenemos que proteger lo que pertenece a los jumillanos.
Desde el Ayuntamiento siempre han apoyado nuestro Museo, ayudándonos a convertirlo en uno de los mejores museos nacionales en su género, por lo que debemos seguir manteniendo su gestión y su difusión, dentro y fuera de nuestra ciudad. Quiero terminar con la frase que decía D. Jerónimo Molina “No se ama lo que se desconoce”, por ello os pido que visitemos nuestro Museo y así conoceremos nuestro rico pasado paleontológico, conoceremos Jumilla y por consiguiente “amaremos Jumilla”.