Además anunció que dona todo su legado científico a la ciudad
Miguel Marín Padilla, prestigioso investigador del cerebro humano, que tiene en su haber el premio más reconocido que otorga Estados Unidos, el Jacobs Javit, es jumillano, y lo pregona a los cuatro vientos allá donde va. Vive actualmente en el estado americano de New Hasmpire, pero cada vez que puede y su estado se lo permite, no duda en girar visita hacia su Jumilla querida, la ciudad que lo vio nacer y que será la que recoja su gran legado científico, tras estar más de cincuenta y cinco años dedicado exclusivamente a estudiar qué es lo pasa en el cerebro, del que afirma categóricamente, que no sabemos nada. Cómo saben recientemente ha estado en la ciudad y Siete Días Radio mantuvo con él una grata conversación en la que se habló de varios temas.
El investigador estuvo en el Certamen de Vinos que organiza el Consejo Regulador, institución de la que fue presidente de honor hace unos años, y además Miguel Marín Padilla, vino a Jumilla con otra importante misión, que ha sido la de donar todo su estudio científico, fruto de más de cincuenta y cinco años de investigaciones del cerebro humano, a su ciudad natal, a Jumilla y así se lo hizo saber a la alcaldesa. Acerca de lo que le gustaría que se hiciese en Jumilla con ese legado, el profesor lo tiene muy claro, “esas investigaciones son para utilizarlas, para continuar investigando, para moverlas, no para que se queden quietas en un sitio muerto”.
Se encuentra escribiendo su segundo libro sobre la epilepsia, de la que asegura “seguimos sin saber qué es”, y a sus 86 años, recomienda mantenerse activo, caminar todos los días y pensar siempre en mañana y seguir hacia delante, usando bien el cerebro.
Como saben el Centro de Día para enfermos de Alzheimer lleva su nombre, y el investigador en su estancia en Jumilla realizó una visita de carácter privado al centro, y quedó muy satisfecho, señalaba, porque ha visto que está funcionando bien.
Miguel Marín Padilla, un jumillano, investigador del cerebro, incansable, y que deja pruebas, ensayos, trabajos y demás legado científico, en Jumilla, al servicio de futuros investigadores que quieran seguir profundizando en el estudio del cerebro humano. Toda su obra permanecerá aquí en la ciudad, en lo que debiera ser un centro investigador del cerebro humano, referente como mínimo, a nivel nacional.
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