La representación, celebrada el pasado martes, congregó a muchos jumillanos
Embajadas celebradas en el paseo
El castillo festero que se ubica en el campamento de los Moros y Cristianos que se encuentra en la parte final del paseo del poeta Lorenzo Guardiola, fue el escenario una vez más de la representación de las embajadas, una doble representación en la que se escenifica la conquista musulmana del Castillo del Jumilla y la posterior reconquista cristiana.
De esta forma y en primer lugar, el embajador moro, acompañado del Capitán de este año, Alfonso Pulido, y por los miembros de sus tropas, solicitaron la rendición de la plaza ocupada por el infante don Fadrique que se encontraba en lo alto de la torre del Homenaje, produciéndose el rechazo y por lo tanto, la posterior batalla, en la que éstos ganan.
Obligados los cristianos a abandonar la fortaleza, ultiman la estrategia para recuperar los muros de la atalaya jumillana. Es entonces cuando se invierten los papeles y son los cristianos los que acuden al parlamento, con idéntico resultado y victoria final para las tropas cristianas encabezadas por el capitán, representado este año por Antonio Valero.
Las embajadas de los Moros y Cristianos dentro de las fiestas de agosto que organiza la Asociación don Pedro I, son una representación teatral basada en la propia historia de la ciudad y de la fortaleza del Castillo.
Según se recoge en las Actas Capitulares del siglo XVII conservadas en el Ayuntamiento, las fiestas de Moros y Cristianos se remontan, como mínimo a 1614, ya que es en esa fecha cuando se indica que el consistorio destina una cantidad económica para las fiestas de Moros y Cristianos en honor a la Virgen de la Asunción.