El pasado domingo, los murcianos conmemoramos el día de la Comunidad Autónoma, como cada 9 de junio. La elección de esta fecha no tiene nada que ver con el azar sino que corresponde al aniversario de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la aprobación del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia en el Congreso de los Diputados.
Este año, el acto oficial del Día de la Región de Murcia tuvo lugar en el Teatro Guerra de Lorca, que la historia dice que fue la primera ciudad en la que se conmemoró el Estatuto de Autonomía cuando el escenario dejó de ser la Asamblea Regional.
Este año, la ceremonia estuvo presidida por el presidente regional en funciones, Fernando López Miras y ante la bandera autonómica, un símbolo que acompaña a los murcianos desde hace 37 años. El acto sirvió, además, para otorgar las Medallas de Oro de la comunidad al Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura; Paco Martín, director del festival La Mar de Músicas que falleció recientemente; la Fundación Tienda Asilo de San Pedro del Pinatar; la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia; y el Murcia Club de Tenis. (Siguiendo los jumillanos a la espera de que de una vez por todas se reconozca a Roque Baños con la Medalla de Oro de la Región de Murcia, después de que le otorgaran hace unos años un diploma de méritos distinguidos que como es lógico, el músico jumillano no fue a recoger porque el que quiera reírse, que vaya al circo. A ver si alguna vez ponen remedio a esta injusticia).
Pero hecho este paréntesis, al margen de la fiesta propia de la efeméride, todas las miradas estaban puestas en Ciudadanos, convertidos en la cerradura de la gobernabilidad, que aunque todavía no han hecho pública su decisión, el teatrillo del martes en la composición de la Asamblea Regional ha dejado claro que donde dijeron digo ahora dicen Diego, pero no Conesa, hacen de tripas corazón y repiten el pacto a la andaluza.
Aunque había mucha gente pendiente de Cs, lo que finalmente ha pasado es que en los naranjas mandan los de Madrid mientras los de aquí quedan desautorizados. Comienza la fiesta.