Se enfrentó en el Antonio Ibáñez al Lorquí, un equipo a priori superior que casi muerde el polvo
Gustavo López
Después de más de siete meses de parón obligado por la pandemia, por fin volvió el fútbol al municipal Antonio Ibáñez. Fue gracias al Juvenil de Nacional de la Escuela de Fútbol que se enfrentó al Lorquí. Ambos libraron una batalla de inicio que se presentaba muy desigual, ya que los visitantes llegaban con hasta ocho partidos amistosos de pretemporada, mientras que los de Óscar Martínez apenas llevaban en sus piernas unas pocas sesiones de entrenamiento y tan solo un amistoso. Pero ese aspecto no quedó rubricado en el campo.
Durante el partido, los jumillanos se mostraron bien plantados y supieron aguantar los envites rivales que no asustaron tanto como se esperaba. La igualdad reinó en una primera parte casi sin opciones atacantes debido a los pocos espacios y la resistencia física. Como nota negativa, se lesionó Raúl, un jugador importante en el engranaje vinícola, pero el equipo supo reponerse. Fue esta una triste consecuencia del mal estado del césped artificial, que se anunció que estaría sustituido en enero de 2020, luego que en septiembre y lo cierto es que a pesar de estar siete meses sin uso, sigue esperando pacientemente a que le toque su turno.
Tras el descanso, la vuelta de vestuarios se presentaba con temor por el aspecto físico, pero los blanquiazules metieron al rival en su área. Y fruto de esto, un balón suelto, lo aprovechó Ignacio para adelantar a los locales. Entonces, los nervios florecieron en los ilorcitanos, un equipo programado para ascender. De esta forma, subieron la presión sobre el rival y sobre el árbitro, un trencilla con demasiada permisividad ante la dureza visitante. Los cambios ralentizaron el partido pero la tensión se palpaba. Mientras, el fuelle local se fue disipando y tocaba sufrir.
Así, una jugada aislada y precedida de un empujón, trajo el empate a falta de un cuarto de hora largo, por lo que tocó redoblar esfuerzos y finalmente se consiguió un punto muy merecido que pudieron ser tres si un disparo cruzado de Jota en las postrimerías del envite hubiera cogido puerta.
Destacar el buen tono general del equipo con muy buenos momentos en portería de Dani, la pareja central formada por Gaspar y David, al igual que los tocayos Jesús Muñoz y González, que rindieron a un alto nivel.
Este Juvenil es una buena mezcla con jugadores de 2002, 2003 y 2004 que este año con el paso de los partidos y con trabajo como el desarrollado en este primer partido, dará mucho de qué hablar.
Una caseta de prensa ¡Ya!
Las altas temperaturas del fin de semana han vuelto a poner de manifiesto la necesidad imperiosa de contar con una zona habilitada para la prensa que tuvo que trabajar en unas condiciones incluso peligrosas para la salud, solución que se ha solicitado ya en demasiadas ocasiones.