La dama de la Cofradía de la Patrona Nuestra Señora La Virgen de la Asunción pregonó la Navidad desde la figura de los ángeles anunciadores de la buena nueva
Lola Tomás
“Nuestro Niño Jesús será siempre el inmenso don de Dios a la humanidad”. Esta fue solo una de las muchas reflexiones que Juana María Tomás García compartió, pregonando la Navidad.
La pregonera, ex-presidenta de la Cofradía de la Patrona La Virgen de la Asunción, tomó posesión de su espacio al finalizar la eucaristía en la iglesia de Santiago, ante numerosos fieles y devotos, deseosos de disfrutar de un sentido y entrañable pregón navideño, realizado desde la fe más profunda que la pregonera procesa, fruto de la tradición católica familiar que siempre se ha respirado en el seno de casa, especialmente a través de la figura de su padre.
“Los Ángeles de la Navidad”
El tercer domingo de Adviento, como viene siendo ya una tradición por parte de la Asociación Belenista San Francisco de Asís, se pregonaba pues la Navidad, coincidiendo además con el undécimo aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción.
Un pregón que se abordaba desde la figura de los ángeles, ya que fue el día de la festividad de los arcángeles cuando se le encomendó la tarea, y Juana María entendió que “no es posible que haya un pregón mejor para anunciar la Navidad, que aquel primero de la historia, que dieron los ángeles cuando anunciaron a los pastores el nacimiento, sosteniendo que “no hay Navidad posible hasta que no hagamos cierta la consigna angelical”.
Sobre la tradición de poner el Belén, recordó que a España, esta le llegó en el siglo XV, “gracias al ejemplo de San Francisco de Asís, y con él llegó la Sagrada Familia. Aludió al papel de María y a lo que sintió al ser “la Elegida” como Madre de Jesús, “dejó sus miedos y razonamientos humanos y cuando escuchó la respuesta del ángel creyó, dio su sí, Fiat, hágase”.
“Ser un instrumento de Dios no es una carga, sino un privilegio”, sería la respuesta de Santa Ana, su madre, “con su inmenso amor y comprensión hacía su hija”, y de San José señaló que Dios lo escogió porque “era un hombre justo y bueno”.
Sobre el Niño, pregonó que “Jesús, el Emmanuel, el “Dios con nosotros”, es la explicación de la Navidad” y por ello, Juana María Tomás invitó a festejarla, renovando “nuestra fe en el Niño-Dios que ha venido a salvarnos, a crear una nueva familia de hermanos unidos por el amor, una única familia sobre toda la tierra”.
La adoración de los pastores y el ángel de Dios, junto a la de los Reyes Magos y el ángel de la Estrella, dieron continuidad a un pregón que avisaba “que en Belén había nacido el Rey de la Humanidad, el Niño Dios”.
“Mi Navidad”
La parte personal del pregón se centró en sus reflexiones más íntimas, las familiares, las que proporcionan la madurez de los años; el haber nacido en el seno de una familia católica, en el amor incondicional a su madre, a su hermana enferma y a su “ángel celestial de la guarda”, su hija María Jesús; “su paciente y generoso marido”, ver crecer a sus hijos, conservar la amistad, llevar el mensaje de Dios a sus alumnos, volver a ser niña y poder cantar villancicos.
Juana María Tomás fue presentada por María Jiménez, amiga y miembro de la Asociación Belenista San Francisco de Asís, y recibió de su presidente, Francisco Jiménez Simón el pin de los belenistas, que se le impuso al finalizar el acto.