En clave de sol by Gustavo López
La llegada de los Reyes Magos pone el punto y final a las celebraciones navideñas. En Jumilla no íbamos a ser menos, y después de dos años sin poderse celebrar, la gran afluencia de público fue la nota predominante. Y es que había ganas, como en tantas otras cosas que se han ido recuperando.
De esta forma, desde primeras horas de la tarde, ya se pudo comprobar el movimiento en las calles, que tuvieron que esperar un poco más de la cuenta debido a un retraso en la salida que, parece ser, se debió a diferentes problemas de última hora que se solucionaron por fin y pudo arrancar la cabalgata de Reyes. Así, de punta a punta la alegría inundó por donde pasaba, y sí es cierto que, en Jumilla, nuestra cabalgata no es la bomba, ni es la mejor de España, ni siquiera una de las mejores, pero la participación de las academias de baile y fitness, junto a otros colectivos, sumado a las carrozas de los Reyes Magos, el masivo reparto de juguetes de la Asociación de Conductores San Cristóbal, el grupo de animación y el notable reparto de golosinas, hicieron que la cosa estuviera bien. Y que conste que no estoy diciendo que el cortejo fuera bueno, o que no se pueda mejorar, que se puede y mucho, lo que digo es que, teniendo como referencia lo que aquí se hace, pues otra más a la saca.
Mi sorpresa llega cuando he tenido la oportunidad de leer comentarios de algunos asistentes que la califican como vergonzosa, triste, lamentable, y que todos los niños terminaron llorando por las esquinas. Y repito, teniendo en cuenta lo que aquí solemos hacer, pues otra más, que salió y terminó, repartieron chucherías y jugueticos, y ya está.
En este sentido decir que, hay unos que cogen muchas cosas y otros cogen menos, pues claro, como pasa con los caramelos en Semana Santa o el vino en la Fiesta de la Vendimia. Que hay aglomeraciones y parece que estamos sin civilizar. Pues tres cuartos de lo mismo. Y pregunto: ¿La culpa es de la organización, de los niños, de los padres, un poco de todos? ¿Quién pone el cascabel al gato?
Hace años, no se repartía nada en la cabalgata, y al final se daba un regalo por niño que pasaba por el escenario a saludar a los Reyes, pero hubo que quitar eso después de varios años porque se decía que hacer cola para un libro o un puzle, que no merecía la pena. Después de que no se organiza el reparto, y tampoco gusta, paradójicamente se dice que no hay organización.
No sé, para mí no fue la mejor cabalgata del mundo, pero tampoco fue la peor.