En clave de sol by Gustavo López

El lunes se celebraba el pleno de enero. El primero de un año que se será electoral y que empieza con 21 concejales, pero que es seguro, que terminará con algunas caras renovadas, y otras incluso, dimitidas.
Yo era de los que no me perdía ningún pleno. Iba, escuchaba, a veces hasta aprendía algo, y hacía mi propia crónica de lo debatido. Pero he de reconocer, que hace ya bastante tiempo que ya no asisto. No es algo de lo que estoy orgulloso, pero mi salud es lo primero y perder el tiempo, no me gusta.
Pues bien, a pesar de no asistir, cuando puedo, me pongo la tele y voy siguiendo algunas de las sesiones plenarias, como pasó lunes. Fue un pleno que volvió a estar cortado con el mismo patrón que todos los demás que se han celebrado durante esta corporación que toca ya a su fin, donde de nuevo se trataron mociones que, aunque lógicamente afectan a los jumillanos, precisamente deberían de debatirse en los foros nacionales y no en los locales, ya que poco se puede hacer desde aquí en algo en lo que no tenemos competencia alguna. Pero empezamos año electoral y debemos tener nuestra capacidad de asombro a prueba de bombas.


Pero en este pleno, que fue corto, durando poco más de dos horas y media, lo que realmente me dejó con las patas colgando, fue cuando en el punto de ruegos y preguntas, la portavoz del PP rogó al equipo de Gobierno que se pusiera a trabajar y que no estuviera pendiente de ella ni de lo que hacía, soltando una frase lapidaria: “A mí ni me miren”, sin darse cuenta a estas alturas que desde que decidió interponer dos denuncias por lo penal contra el Gobierno Local, la tensión se palpa, la relación no es buena, y precisamente, las miradas no se cruzan y el caso que le hacen ha pasado a ser omiso. De eso se da cuenta cualquiera. Hasta un niño lo entendería.
Pero escuchando semejante exabrupto me pregunté: ¿Es que en algún que otro arrebato será esto mismo lo que le habrá dicho en alguna reunión al presidente regional y por eso ni mira, ni atiende, ni soluciona, ni nada de nada hacia Jumilla y los jumillanos? Pobre, por eso no mira el Miras a nuestro pueblo y nos tiene condenados al ostracismo que tanto critica pero que practica a la perfeción. Agua para todos pero a Jumilla, tururú.
¡A mí no me miren!, creo que no es una frase acertada. Estaría mucho mejor decir: ¡Aquí estoy yo!, y añadir: ¡Para lo que necesitéis y yo puedo ayudar! Pero vamos, que lo que no se ha hecho en tres años, es muy difícil hacerlo en tres meses.