Gaspar Herrero Mateo, tercera generación del negocio, se jubila tras cuatro décadas al frente de la tienda
Un referente en la venta de artículos sobre la Semana Santa, Fiesta de la Vendimia, bailes de salón e incluso instrumentos musicales
J.J. Melero
Hay comercios que resisten en el tiempo y permanecen toda una vida, superando crisis, contratiempos y pasando por generaciones. En Jumilla, uno de esos ejemplos es Comercio Gaspar, abierto en la calle Canalejas, 30 desde 1955 y que este próximo lunes 12 de mayo echa el cierre tras siete décadas activo. Su actual dueño y gerente, Gaspar Herrero Mateo, se jubila, tras cuatro décadas al frente del negocio.
Él es la tercera generación, nieto del fundador, el tercero de los ‘gaspares’ que ha sacado adelante el comercio. Su abuelo, Gaspar Herrero Cifuentes, fue el fundador de la tienda, entonces dedicada a los ultramarinos y que recogía el testigo de una espiritista conocida como ‘La Andaluza’, que tenía una frutería justo en el mismo lugar.
El primer Gaspar Herrero conocía bien el gremio, ya que venía de regentar desde 1940 una tienda de vinos y productos de Jumilla en la calle Lavapiés de Madrid.
Tras muchos años cumpliendo esa demanda en el municipio, ya fue su hijo, Gaspar Herrero Carcelén, el que incorporó la venta de ropa para el hogar al negocio, partiendo la tienda en dos partes muy diferentes.
Así la hereda en 1983 su actual gerente. Pero la implantación en Jumilla de grandes superficies de alimentación le lleva, no mucho después, a retirar la parte de alimentación y especializarse ahora en ropa y otros artículos.
Único en Jumilla
Pero no cualquier tipo de prendas. Comercio Gaspar se ha convertido en las últimas décadas en referencia en la venta de artículos relacionados con la Semana Santa, mediante la venta de tejas, mantillas, broches, guantes e incluso incienso, tambores, túnicas o cualquier complemento.
Si querías participar en la Fiesta de la Vendimia, te gustaban los bailes de salón o necesitabas un instrumento musical, también tenías que visitar a Gaspar. Por todo ello, el 12 de mayo no será un día cualquiera. Jumilla dirá adiós a un pequeño trozo de su historia.
