La mañana del domingo fue de lo más completa en el Municipal de La Hoya ya que, al margen del importantísimo triunfo del FC Jumilla, la polémica protagonizó los prolegómenos y la rueda de prensa posterior al encuentro, nuevamente con la directiva italiana como triste protagonista.
Parece que ha pasado a un segundo plano, pero los vinícolas cosecharon ante el San Roque Lepe tres puntos vitales que, a falta de cinco jornadas, les dejan fuera del descenso. El jumillano Carlos Terol fue el mejor de los locales y se está destapando como un auténtico killer. Con el doblete de ayer son ya ocho goles en la cuenta del canterano, una cifra más que considerable teniendo en cuenta que ni es delantero centro ni está acostumbrado a jugar en esa posición. Pero antes de eso fue Neftalí el que abrió la lata para los locales, mientras que Bonaque hizo el tanto del honor para los onubenses, colocando así el definitivo tres a uno en el marcador
La afición no tardó en llevarse la primera alegría de la jornada, cuando el central blanquiazul adelantó a los locales a los quince minutos con un remate de cabeza que se introdujo por el segundo palo. Carlos Terol volvió a ocupar la punta de ataque, una posición en la que se está manejando a las mil maravillas, y a la media hora de juego haría el primero de sus tantos al aprovecharse de una mala cesión del defensa rival a su portero. El canterano del FC Jumilla recogió ese balón suelto para marcharse en velocidad dirección a Bocanegra y batirle con tranquilidad. Los leperos no se dieron por vencidos, y antes del descanso reducirían distancias por medio de Bonaque, que cabeceaba el balón tras una falta lateral para perforar la red de Seral.
Con dos a uno en el marcador, el FC Jumilla sufrió por la cortitud del resultado hasta el minuto 70, cuando nuevamente Carlos Terol batía a Bocanegra para firmar su doblete particular cabeceando al segundo palo, como mandan los cánones. Quedaban veinte minutos y los vinícolas pudieron respirar tranquilos hasta el pitido final, que certificó los tres puntos que sacan a los blanquiazules del descenso cuando faltan cinco jornadas para la conclusión de la temporada.