El bailarín lleva confinado en Jumilla desde el pasado 10 de marzo, estaba en el Conservatorio Superior de Danza de Madrid y tenía ofertas de una compañía en Israel y en México.

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Con motivo del Día Internacional de la Danza, Siete Días Radio charló con el bailarín Chechu Tomás Calero, para conocer qué hace durante este confinamiento y de qué manera celebraría esta efeméride.
El joven bailarín asegura que lo de estar confinado “es duro”, porque al igual que el resto de deportistas, necesitan “seguir manteniéndose en forma”, de manera que lo que hace cada día es establecer una rutina con sus clases de ballet, en la barra, tonificando el cuerpo y haciendo ejercicio, además de hacer lo que hace el resto de personas en su tiempo libre, tirando mucho de películas, series, y también formándose a través de clases online, como el resto de universitarios, señala. “Es duro y complicado para todos, pero es lo que nos toca ahora”, puntualiza.

Chechu Tomás Calero bailando en su casa durante el confinamiento


Chechu Tomás estaba en Madrid cuando se adivinaba que se iba a decretar el Estado de Alarma, pero tomó la decisión de venirse a Jumilla unos días antes. Tras aprobar las pruebas de acceso para el Conservatorio Superior de Danza, fue llamado para irse a Israel a una compañía a las órdenes del coreógrafo Javier Latorre, planes cerrados también en Londres, incluso fue invitado a México para participar en una conferencia de arte y empezar a ensayar una producción en Madrid el pasado mes de abril. “Todo ha quedado en el camino, señala, y la situación ahora es muy complicada para el sector, aunque tras el apagón cultural, parece que las expectativas podrían ser algo mejores”.
El bailarín tratará de retomar sus planes cuando llegue la nueva normalidad, en la medida de “lo que se pueda”, pero no dejará de bailar unas alegres bulerías para conmemorar en casa y confinado el Día Internacional de la Danza, algo para lo que ha nacido y a lo que piensa dedicar su vida.