“En Semana Santa será espectacular de ver, oír y sobre todo de sentir”
Lola Tomás Ruiz
El restaurador del órgano de la iglesia de Santiago, Frèderic Desmottes, junto a su equipo, se encuentran desde el pasado lunes en la localidad para llevar a cabo la tercera fase de restauración del histórico instrumento.
Tras la descarga de los 208 tubos que componen la trompetería horizontal, queda un arduo y laborioso trabajo manual, para ensamblar cada uno de los tubos previamente recortados para que suenen bien y den la frecuencia correcta, y cumplan con otros parámetros de tipos técnicos más complejos. Así lo señalaba Desmottes a Siete Días.
Trabajos
“Los tubos han sido fabricados con una aleación de plomo y estaño que se funde, se cepillan y se les da un tratamiento para que tengan un grosor determinado, a mayor tamaño, mayor grosor.
Seguidamente se ensamblan en una pieza denominada zoquete, que sujeta un canal, una lengüeta y una cuña que a su vez sujeta todo, junto a un alambre que sirve para afinar, alargar o acortar la longitud de la lengüeta que vibra.
Cuando todo eso está montado, la lengüeta tiene que tener una forma determinada y hay que ajustar la longitud del cuerpo resonador con la frecuencia que tiene que dar la lengüeta. “Es un trabajo un poco delicado, laborioso y preciso”.
La 4ª fase, a principios del próximo año
Una vez finalizada la tercera fase, a principios de año comenzaría la cuarta que sería para completar la trompetería siguiente, instalando once filas con 50 tubos, serían pues unos 550 tubos, más otro registro de ocho filas. Desmottes calcula que faltan alrededor de otros 780 tubos para finalizar con la cuarta fase y disponer ya de un teclado completo. Y las dos fases finales serán para terminar el segundo teclado.
“Quizás no van tan rápido como pensábamos, pero sí, en Semana Santa será espectacular de ver y oír”.