Autobuses y taxis llegaron al municipio hace unos 100 años como alternativa al reducido recorrido del tren

Con múltiples cambios y fusiones han resistido en el tiempo intentando adaptarse a la demanda de los usuarios de cada época

Reportaje de J.J. Melero

Los medios de transporte modernos comenzaron a popularizarse en Jumilla bien entrado el siglo XX, tal como ocurrió en la mayoría de los pueblos y ciudades de España. El ferrocarril llegaba al municipio en 1905, tras décadas reivindicando su necesidad, y en 1921 el tramo Yecla-Jumilla, por fin, era ampliado hasta Cieza.
Sin embargo, por su reducido recorrido se hacía necesario contar con otros medios de transporte públicos que acercaran a la población a otros puntos de la provincia y alrededores, así como a la propia capital, en una sociedad donde todavía era totalmente predominante la lentitud de los carros.
Fue a principios de la década de los veinte del pasado siglo XX, hace poco más de 100 años, cuando comenzaron a prestar servicio en el municipio varias líneas de autobús.
La compañía La Noveldense se funda en 1923 y será la encargada de conectar durante décadas Jumilla con Alicante y los diferentes pueblos de esta provincia. Tenía su parada junto al actual Colegio Santa Ana, donde estaban instaladas las oficinas administrativas. Sus autocares se guardaban por la parte trasera, con entrada por Barón del Solar.


En 1986, La Noveldense es absorbida por la compañía Alsa y el histórico trayecto Jumilla-Alicante es eliminado en febrero de 2020 por el grupo Vectalia, que es quien lo gestionaba en ese momento. Se perdía con él un trozo de la historia del transporte de pasajeros del municipio.
Si emblemática fue La Noveldense para los jumillanos, entrañable es El Marqués. No está clara su fecha de fundación, aunque en 1933 ya anunciaba “coches de gran lujo y diarios de Jumilla a Murcia y viceversa”. Jiménez y Cutillas fue la sociedad de origen local que lo gestionó durante décadas, ampliando con los años su conexión hasta Yecla e incluso a Cieza.
En 1988, El Marqués se fusionó con otra empresa del gremio, Ríos y Pastor, de donde surge Lycar, que más adelante se ampliará con la concesión de varios trayectos en la Región y alrededores.


La tradicional conexión Yecla-Jumilla-Murcia todavía se mantiene viva en la actualidad, gestionada ahora por Interbus.

El Avión Jumillano

La década de los treinta supuso la consolidación de los medios de transporte a motor y con ello la explosión de las líneas de autocares. En Jumilla se sabe que en aquellos años prestaban servicio Autos Antonino, que hacía tres viajes semanales a Valencia y Hellín con el curioso nombre de El Avión Jumillano.
Igualmente, Autobuses El Jumillano se encargó a diario, al menos desde 1931, de enlazar con Yecla, Cieza, Abarán, Caudete, además de Valencia.

Los primeros taxis

Las necesidades de movilidad de la ciudadanía propiciaron de forma simultánea la puesta en marcha del servicio de taxi, prestados en la época por Gumersindo Jiménez Jiménez o José Guardiola ‘El Corteza’. En 1940, Victorio Vizcaíno Martínez ya ofrecía coches de alquiler.
La proliferación de los vehículos a motor hizo necesarios surtidores de gasolina. Los más antiguos estuvieron instalados en la esquina de Cánovas con la avenida la Asunción y en la salida hacia Murcia por el Rollo. El primero de ellos estaba dirigido por Miguel Gómez Abellán, de Bazar Gómez, y el segundo, por la familia que más adelante abriría, en la salida hacia Yecla, la Estación de Servicio Simeón, que se mantiene activa en la actualidad.


Igualmente, se abrieron los primeros talleres que dieron servicio, además, a los primeros coches y camiones particulares. En calle Cánovas estaba, entre otros, Venancio Martínez Terol, en Marchante, Antonio Fernández Cutillas, en Ramón y Cajal, Antonio Gómez Abellán, en Roque Martínez, José Martí y en Canalejas, J. Carrión Vicente.
En definitiva, el transporte público motorizado generó todo un nuevo sector, que revolucionó la vida de los jumillanos.

Un servicio nocturno desde Yecla, la punta del iceberg de otras reivindicaciones

La solicitud de una línea nocturna desde Yecla, noticia en los últimos días, es la punta del iceberg de otras reivindicaciones históricas de los usuarios.


Hasta casi finales del pasado siglo XX, los viajeros reclamaban una Estación de Autobuses que concentrara las salidas y llegadas de todas las líneas. Algo lógico y necesario para un municipio del tamaño de Jumilla, que se consiguió en 1991.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el edificio está bastante falto de atención. No tiene servicio de cafetería desde hace años, ni siquiera una máquina expendedora de agua o café. Además, no cuenta con conserje ni personal de ningún tipo.


Y de lo que más se quejan los usuarios: ni siquiera hay ningún tipo de cartelería que informe de los horarios y servicios de autobús. Es más, tampoco tiene un cartel genérico que indique que el edificio es la Estación de Autobuses de la ciudad de Jumilla.